Llevando sus manitas a su boca, Anton observaba la cuchara que contenía una compota que su papi Agoti le estaba ofreciendo, era dulce, le agradaba bastante el sabor, y como sus dientes ya habían empezado a crecer bastante rápido debía comenzar comer cosas un poco más sólidas, pero lo que él no sabía era que aquello se trataba de una trampa; abriendo su boquita, apoyó sus manitos sobre la bandeja de su sillita, moviendo su cola enérgicamente en espera de la dulce compota, pero en su lugar, otra comida colada para infantes llegó a su boca desde el lado izquierdo.
— ¡Yes! —Celebró Tabi alzando su mano para que Agoti le choque los 5 poco después.
— ¡Mmh! —Se quejó el bebé haciendo un pequeño puchero.
— Lo siento, mi amor. —Dijo Agoti limpiándole la boca de restos de comida.— Esta comida es rica, vamos, si te la terminas te daré la compota.
Agitando sus piernitas, el bebé realizó un pequeño berrinche hasta que observó cómo Agoti volvía a enseñarle la cuchara de compota, abrió su boca por inercia unos segundos, pero la cerró antes de voltear a ver seriamente a su padre Tabi que ya estaba acercándole la otra cuchara que "no le gustaba".
— Ay, que berrinchudo, si estas cosas son buenísimas, ¿cómo no te van a gustar? —Se quejó, limpiando bien la cuchara antes de ofrecérsela.
Cubriéndose la boca con sus manitas, se inclinó hacia atrás mientras emitía un sonido de disgusto, Agoti simplemente soltó una pequeña carcajada al ver todo el escenario que se hacían solo por comer, no es como si la comida estuviera mala, sino que solo tenía esa preferencia innata de los infantes en inclinarse a lo dulce.
— Agoti, ¿ya estás listo? —Preguntó Sol acomodándose la corbata.— Debemos irnos al estudio.
— Si, si, ya estoy. —Dejó la compota a un lado.
Poniéndose de pie, apoyó sus manos en las cálidas mejillas de su hijo y dio unos besos en su rostro antes de separarse e irse al pasillo, oyendo un "¿Y yo?" por parte de Tabi que había permanecido en espera de sus besos de despedida. Sonriendo un poco y rodando su mirada, se devolvió para imitar el gesto anterior, sosteniendo las mejillas de su amado para repartir besos en su rostro, dando un último beso sobre sus labios para luego apartarse.
— Abrígate bien, hace frío afuera, lleva mi abrigo. —Habló Tabi, se había comprado un abrigo de tallas más grandes solamente para compartirlo con él.— ¡Y no te olvides de traerlo de vuelta!
— ¡Si! —Exclamó tomando dicha prenda del perchero.
— Dile adiós a papi. —Indicó el ruso tomando una de las manitos de Anton para hacerle moverla de un lado a otro.
Sonriendo de forma tan adorable como siempre, el bebé me brindó una última vista bastante hermosa al digidevil, definitivamente guardaría ese recuerdo para siempre; lanzándoles un beso de despedida, siguió al hombre fuego por el pasillo principal mientras subía la cremallera del abrigo que usaba, alzando el cuello alto de dicha prenda para olfatear aquel masculino aroma de su novio que ya estaba impregnado en el abrigo, sí, no se lo iba a devolver.
Subiéndose al auto, se abrochó el cinturón, sonriendo unos segundos antes de que sobre sus piernas fueran apoyadas unas carpetas con documentación importante que Solazar acababa de imprimir.
— No lo toques, no te limpiaste las manos luego de darle de comer al bebé. —Ordenó Solazar apoyando su café en el portavasos.
— Ehh. —Cerró nuevamente la carpeta.— Claro que no, no me interesan tus cosas de viejito.
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Bʀᴇᴀᴋ Tʜᴇ Dɪsᴛᴀɴᴄᴇ -[Tabi x Agoti]
FanficDespués de lo ocurrido con la familia Dearest, Tabi se volvió un sujeto solitario en cuanto a vida amorosa, sin embargo, el interés por experimentar algo nuevo, tal vez en broma desde cierto punto, decidió instalar una app de citas; jamás imaginó fi...