Lyra Malfoy

Capitulo 18

Narra Ginny

-Y?! Cómo te sientes?!- dije con una adrenalina en mi estómago muy fuerte. Zabini estaba sosteniéndose de una barandilla de por ahí.

-Super, Weasley- dijo respirando agitado. Yo estaba saltando de emoción, hace mucho que no me subía a una montaña rusa. Zabini no parecía tan bien como decía estar, parecía que se iba a desmayar.
-Zabini no pareces del todo bien- dije intranquila.
-No, no, estoy perfecto, como nuevo- dijo parandose más recto.
-Bueno si estás como nuevo probemos otra cosa- dije burlándome, sabía que me estaba mintiendo.
-Weasley no sería mejor volver a la escuela?- dijo el desesperado porque yo cambié de opinión.

-Pero mira la hora a penas son las 5 de la tarde, tenemos hasta las 8. Es temprano todavía.- Zabini no objeto nada, pero estaba nervioso. Yo solo le dije que me siguiera hacia la otra atracción.
Pague el boleto y nos subimos a la rueda de la fortuna. Lo elegí para que no se pusiera peor... Porque me preocupo por el, Merlin!!.

-Bueno por lo menos no es tan rápido...- dijo en voz alta, pero se lo estaba diciendo para el, aunque lo escuché. Yo estaba mirando todo menos a el, miraba las luces del pequeño pueblo, la gente que reía, las parejas con hijos y los que no tienen hijos. Las atracciones, todo era perfecto. El viento fresco pego en mi cara y me puso la piel de gallina. Cuando me di cuenta tenía la chaqueta de Zabini en mis hombros. Yo me di vuelta para verlo y el estaba también mirando la ciudad, serio, sin ninguna emoción.
Y no se porque se me cruzó en mi estúpida cabeza preguntarle.

-Como haces para ocultar tan bien tus emociones? - pregunté mirando su cara, pómulos marcados, nariz ancha, ojos oscuros, y su poco pelo color negro. No evite su mirada fría, al contrario, me quedé mirándolo, demostrándole que no bajo mi cabeza.

-Desde que tengo conciencia nací para ser un heredero puro obviamente- recalcó la última palabra con obviedad- Mi madre se casó muchas veces, jamás supe quién era mi padre, tampoco es que me importará. A mi madre jamás le dió vergüenza de que la gente supiera que no tengo padre, al contrario la respetan porque tiene mucho dinero y porque tenemos contacto con las familias más prestigiosas. Yo en un momento de mi infancia veía como los otros chicos tenían padre y yo no, le conté a mi mamá lo que sentí. Ella me dijo que eso no era lo importante, porque lo que ella quería era que sea fuerte para demostrarle al mundo una apariencia que al fin y al cabo no quiero llevarla pero lo hago porque sería como traicionar a mi madre, ella me dió lo que pudo y yo aprendí a ser como Draco y Theo. Las emociones son debilidades Weasley- todo lo que dijo me dejó con una amargura inmensa. Un niño soportando todo eso, no lo podía creer

-Blaise, no puedo decirte que te entiendo o que eh vivido algo parecido, pero no. No te voy a mentir estar en una familia muy grande, no tiene sus ventajas.- dije mientras estábamos bajando de la rueda de la fortuna.- a veces pasas desapercibido, como un fantasma.
El estaba al lado mío mientras caminábamos por el pueblo y yo todavía tenía su chaqueta.
-La otra como sabe todo el mundo tenemos que siempre recortar gastos y usar ropa gastada.- dije mirando para otro lado, así no veía mí cara de avergonzada.- pero siempre, siempre hay ruido en la casa y eso a veces me molesta, los gemelos pueden ser muy cansadores.

-Bueno por lo general cuando voy a la mansión no se escucha nada, es como si no hubiera nadie en la casa- dijo el mirando hacia delante- muy de vez en cuando se encuentra mí madre, la veo muy poco. Me acuerdo que me llamó una vez para decirme que estaba el contrato de casamiento con Lyra. Solo tenemos que firmar nosotros.
Yo me dí vuelta mí cabeza hacia el, lo miré seria, tenía una sensación rara en el estómago. Volví mí vista hacia delante.- Se lo que piensas. No quiero casarme con Lyra, es como una hermana.
Yo me quedé atónita, me hice la desentendida y seguí mirando hacia delante.
-Creo que es hora de volver- dije firme, no objetó nada. Caminamos hasta el bosque para que nadie nos vea irnos en la escoba.
El sacó del bolso mágico la escoba, el sé monto y yo me puse detrás de el. Lo agarré de su cintura, sentía como se tensaba sus músculos.
El sol se escondía y entonces empezó a aparecer la luna. El viento era hermoso, y estar a metros de altura es mucho mejor.
Veía como se iba divisando la cancha de Quidicht. Llegamos a tierra firme, bajamos y ya no me sentía tan libre.