Capitulo 48

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Desde ya les aviso que este capitulo contiene escenas +18 y si lo leen que sea bajo su consentimiento, Besos!!!





























-No quiero que me vuelvas a mandarme a la mierda, yo solo puedo hacerlo Zabinni- dije tomándolo de remera con fuerza hacia mi, era encantador tener el poder sobre el y el moreno no se quedaba atras tambien, le encantaba dominar me pero siempre íbamos a luchar por quién tenía el mando. Hace una semana que ya teníamos sexo y la verdad prefería ser conciente ahora que si me acuerdo de la situación. Tomé sus labios con demasiada presión, parecía que estábamos peleando en vez de besarnos. El apretaba mi trasero con sus manos disfrutando, apretándome lo más que podía a su paquete, que ya se encontraba lo suficientemente apretado y yo que me estaba mojando lo suficiente como para que pase su pene sin problema.

Agarré su cierre con mis manos un poco desesperadas y nerviosas, la risa ronca del moreno hizo que levantara mi rostro rojo del calor.-Estas apurada roja?- me preguntó con una ceja levantada y con sus manos puestas en sus caderas despreocupado.

-Para nada chocolatito.- le respondí con la voz más orgullosa y melodiosa que podía haber hecho, el solo se rio divertido porque sabía que igual estaba nerviosa y eso que ya lo habíamos hecho antes, pero no sé.- cállate y bésame.- dije con la sonrisa todavía en su rostro agarró mis cachetes para unir sumamente en un beso que ya no era tan desesperado como el anterior, recorrió mi boca sin meter ninguna lengua mientras me sacaba la remera de entrenamiento de Quiddicht. Comenzó a bajar su boca por mi mentón lento y sin prisa, para después ir por el cuello donde mordió pero sin que me doliera, al contrario me dio ganas de gemir a lo que solo pude suspiré fuertemente mordiendo mi labio inferior. Llegó hasta la parte de mis hombros dando besos pequeños bien lineales, hasta que paró  y me vio a los ojos separándose un poco de mí.

-Me parece que sobra ropa Roja.- Ahí entendí, puse mi cara más seria y lo tiré hacia mí con movimientos más sensuales que podía, lo giré tirando al moreno a su cama de sábanas verdes satén. Se quedó un poco pasmado pero abrió bien los ojos a lo que yo hacía, salvo que está vez me desnudaría lentamente enfrente de el y era la primera vez que hacía algo así, ya que siempre fue rápido el momento porque yo quiero que sea así.
Y lo hice con mis ojos clavados en los de el me comencé a bajar el jean, pasándolo por mis piernas largas y entrenadas, para luego agacharme hacia el.

En ningún momento dejamos de mirarnos, dándome cuenta que las pupilas de el estaban dilatadas y su respiración se encontraba un poco acelerada. Le bajé el cierre de su pantalón pero está vez no me puse nerviosa, si no todo lo contrario, estaba segura y confiada de todo lo que hacía, por fin se encontraba sin pantalón, con un bóxer negro. Me tomó de sorpresa lo que había hecho a continuación que fue ponerme arriba de el con mucha agilidad, los dos casi desnudos que solo les faltaba arrancarse la ropa ahora mismo.-Si seguía viéndote mi iba a correr.- Ninguno se río porque estábamos tan concentrados que no nos importó nada más que nosotros. Yo estaba en ropa interior pero el no, para estar equitativos comencé tirando por abajo su remera de Quiddicht y fue como estar viendo el paraíso como la primera vez que vi ese abdomen, toqué suavemente sus hombros fornidos viendo como por el rabillo del ojo el sonreía ladinamente, pero poco me importó y el me sacó las manos de su cuerpo mientras me levantaba el top deportivo que llevaba. Mis senos eran perfectos para caber en sus manos, ya estaban en puntita por tanta excitación y el solo metió su boca en un pecho toqueteando el otro seno en ínterin yo me movía inconscientemente sobre su paquete y el moreno gemía un poco.-No-o -o puedo más - me dejó de chupar los senos para poder bajarse el bóxer como podía ya que yo seguía arriba y sin previo aviso me rompió la braga tirando la por algún lado de la habitación e hizo entrar de una estocada su pene, haciendo que evaluara que había ocurrido solo que el moreno empezó a mover mi cadera al compas de la suya, me perdí con lo que estaba pensando.

Lyra MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora