De mil maneras

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Era 1989 y Pandora ya no eran May, Isa y Fer, era 1989 y Fernanda las había abandonado o al menos eso pensaron las hermanas Lascurain. Isabel tardó unos meses en entenderla pero a Mayte nunca se le fue el sabor amargo del abandono y la traición.

La más joven de las hermanas lloró solo cuando no había cámaras grabandola, cuando la privacidad de su habitación la cobijó y el silencio le recordó que Pandora ya no volvería a ser como antes, que Fernanda ya no debía existir para ella y así fue, por más de seis meses no se podía pronunciar siquiera su nombre en presencia de May y aunque se moría de ganas por saber algo suyo, jamás pregunto aún teniendo a Gaby como posible informante.

A las madres de ambas jóvenes ( Fer y May) les costó entender el distanciamiento abismal que se dió entre sus hijas aunque no podían intervenir porque eran adultas ambas y por más que la mamá de May ( quien aún vivía en casa de sus padres) quiso hablar con ella, la mujer estaba cerrada a escuchar y por consecuencia a entender razones, Fernanda Meade no era nadie en su vida o al menos eso era lo que decía de la boca para afuera pero dentro de su habitación y en la soledad la joven morocha seguía despertando sentimientos desconocidos para ella.

Tan era así que una noche su hermana menor con quién compartía la habitación la despertó de un almohadonazo en la cara porque no dejaba de susurrar el nombre de Fernanda en sueños y no la dejaba dormir en paz y solo ahí fue cuando entendió que algo más fuerte que el cariño de "primas" era lo que en su corazón había nacido sin darse cuenta.

Fer por su parte estaba triste porque Mayte la ignoraba cada vez que se cruzaban cuando ella iba a visitar a Gaby o a Isa como excusa para verla. Tenía noches en las que el sueño estaba de huelga y sumado al agobiante silencio que reinaba en el departamento que compró con sus ahorros años atrás, el resultado solo podía ser uno, pensar en May, en todo el tiempo compartido a lo largo de sus vidas,en los sueños en común que alguna vez compartieron y en como la relación tan fuerte que tenían no resistió aquella loca idea de irse como solista.

Ella lo había intentado todo para volver a tener una buena relación con la castaña o al menos poder compartir el mismo ambiente sin que la otra se pusiera de pie y abandonase la habitación pero nada dió resultado. Luego de tantos meses de silencio había dado por hecho que Mayte, la castaña más enojona que existía, la chaparrita más tierna del mundo, quien le alegraba el día con solo sonreír, su May, la odiaba sin lugar a dudas.

Y cuando entendió aquello, las cartas dónde le explicaba el por qué de todo dejaron de ser escritas, las pequeñas flores que le mandaba con una fecha, un horario y una dirección para encontrarse y hablar dejaron de ser dejadas en la ventana de su habitación (cosa que le costó más de un golpe a la de risos pero valían la pena) y un día hasta dejo de inventar excusas para ir a casa de sus mejores amigas, ya no había nada por lo que luchar.

El muro irrompible de May se quebró cuando la voz angelical tan característica de su negrita, esa que era capaz de reconocer aún dormida la despertó y cuando se vio sonriendo entendió cuánto necesitaba a su Fer. Eran las ocho de la mañana y sin importarle nada bajo las escaleras en silencio para no ser descubierta, su orgullo seguía herido y grande fue su decepción al ver que solo era Gaby escuchando el sencillo de su amiga que sonaba en la radio.

-Gaby:-sonrie al verla parada en la escalera aún en piyama- Pensaste que era Fer?-le dice burlona,le encantaba hacerla enojar- Se canso de tu orgullo tonto y siguió con su vida, no iba a estar atrás de tu capricho de nena mimada

-May:-la miró enojada y avanzo unos pasos en su dirección- No te metas Gabriela y no la defiendas, es una traidora

-Gaby: y vos una cobarde!-le dice sonriendo victoriosa, ella no era ninguna tonta y fue la única en darse cuenta lo que sentían ambas mujeres aunque no era bien visto en la sociedad retrógrada del momento- y una orgullosa- agrego para hacerla saltar y casi lo logra si no fuera porque la madre de ambas se acercó a ellas al escuchar ruido-

Un toque de locura (MayFer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora