Las mil y una noches (No te pido que te quedes2)

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Segunda parte de "No te pido que te quedes" pero reversionada. Espero les guste. Debo confesar que es uno de los relatos que más me gusta y más disfruté escribir.

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"Por dejar escapar
El encanto de un tesoro..."

El auditorio nacional estaba a reventar de gente esa noche, la noche en que Pandora estaba volviendo para despedirse una vez más (supuestamente). La noche en la que Fernanda sólo quería volver a los brazos de Mayte y en la que Mayte no pudo evitar aferrarse a los rizos de la morocha cuando esta volvió a ingresar a su camarín después de despedirse. Fer la había tomado de la cintura con firmeza antes de juntar sus labios con los suyos cuatro años después de haberse separado.

La noche en que todo se fue al carajo y May lo supo, lo supo desde el momento en que su mano derecha se mezcló con los rulos de Fer y la izquierda la acercó con necesidad a su cuerpo. Lo supo cuando Fernanda le susurró un millón de veces que la amaba y que la necesitaba de vuelta. Lo supo cuando ninguna de las dos quiso separarse del roce entre sus labios.

El público estaba alborotado, desde el escenario se sentía el temblor de todo el auditorio bailando y cantando pero May no podía dejar de pensar que entre toda esa masa de gente estaba la hija de Fernanda, la que ella no quiso tener, la que llevaba en sus venas su propia sangre, la misma que la veía como su "tía May" y se sintió la peor basura que existía sobre el planeta.

Amaba a esa chiquita como si fuera propia porque Fernanda siempre se lo hizo sentir así. Su ahijada, la pequeña coloradita que aplaudía desde la primera fila en brazos de doña Margarita era lo único que May veía desde su posición sobre el escenario y tuvo que correr la mirada de allí porque no podía con la culpa de saber que estaba rompiendo la familia de la pequeña y se estaba rompiendo ella también.

Fer subió al escenario con una gran dosis de histeria recorriéndole el cuerpo, acababa de romper con la única regla que tenían acordada con Mayte. El pasado debía quedar ahí porque sería imposible seguir trabajando juntas de otra manera pero ¿Cómo resistirse a los labios de esa rubia que la seguía volviendo loca?

Lo había intentado, había salido ilesa al cerrar la puerta del camarín pero la necesidad casi inhumana que sintió en el cuerpo y en el corazón la traicionó o quizás le fue lo mas fiel posible... y en cuestión de segundos ya estaba abriendo la puerta, caminando bajo la mirada confundida de Mayte y besándola con toda la necesidad y la añoranza que tenía de la boca ajena, que tenía de su May.

La había aferrado a su cuerpo y Mayte no opuso ni un poco de resistencia ante su agarre. En otro momento la rubia la hubiera separado de su cuerpo y le hubiera hablado de su familia pero en ese momento sólo siguieron besándose como si los últimos años no hubieran existido jamás. E Isabel que había ido a buscarlas para dirigirse al escenario, casi las mató a ambas al encontrarlas a los besos en el camarín de Mayte. "No es así como se hacen las cosas" les recordó y salieron las tres en un silencio total.

Ilse le había tirado un beso a su esposa ,desde donde estaba maquillandose junto a Mimi, para luego subir al escenario junto a ellas para cantar una canción y a Fer se le revolvió el estómago. "¿Qué carajo estás haciendo?" se reclamó la morocha esperando que la culpa la invadiera pero sólo miró a la bajita que caminaba delante suyo pérdida en sus pensamientos y sólo pensó en que quería volver a besarla.

Fuimos un par de locos
Por dejarnos tirar a matar..."

El escenario estaba en una oscuridad total, las cinco mujeres ya estaban acomodadas para bajar algunos escalones que las separaban del escenario y empezar con la canción que compartirían. Isa bajó primera, luego las chicas de Flans bajaron de la mano porque estaban nerviosas, hacía muchos años que habían dejado de cantar y esa era la primera vez luego de abandonar su carrera musical que siempre había sido intermitente. Detrás de ellas bajaron May y Fer agarradas de las manos. La escalera y los tacones altos habían sido la excusa perfecta para unir sus manos y cuando estas entraron en contacto, Fer no pudo evitar mirar a su compañera porque ahí estaba. Ahí estaba la corriente linda que su esposa no había podido causarle en todos los años que llevaban juntas. May le sonrió apenas y tuvieron que soltarse, como antes...

Un toque de locura (MayFer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora