¿Quién es Mayte Lascurain? Esa fue la gran pregunta que recorrió muchas bocas luego de que todo saliera a la luz y si quieren saber que es exactamente todo los invito a leer esta loca historia...
Mayte Lascurain busco toda su vida algo en que creer para "aferrarse" a la más mínima esperanza de encontrar a alguien con quien compartir su vida. Estudio logoterapia para conocerse más a fondo, para tener herramientas para crecer internamente y para ayudar a otros a conocerse.
A los veintitantos años empezó a asistir a cursos o retiros espirituales porque, quizás había alguna traba espiritual que le impidiera conseguir pareja o al menos sostener una relación estable por más de dos meses.
Y no es que May necesitará a alguien a su lado para ser feliz, no, no me mal entiendan pero a veces llega un momento en la vida en la que queremos sentirnos amados y amar a alguien de la misma manera, con la misma intensidad.
May habia tenido muchas parejas, hombres y mujeres, le daba exactamente igual, solo quería experimentar aquello de lo que todo el mundo habla, quería enamorarse de tal manera que nada más importara, quería encontrar a alguien que con solo mirarla la hiciera sentir las dichosas mariposas en la panza o perderse en la mirada de esa persona sin percibir que el mundo sigue girando a su alrededor.
La rubia de casi treinta años había pasado casi la mitad de su vida mirando a los costados en busca de su persona, de su compañero/a de vida o al menos en busca de un alguien que le hiciera latir el corazón rapidamente sin ser por miedo.
Había mantenido relación con mucha gente y cuando digo mucha, es mucha gente, amigos de sus hermanos, ex compañeros, gente que conoció en las denominadas "citas a ciegas" en las que Isabel la anoto, pero nada, no podía sentir esa conexión de la que escucho hablar toda su vida.
Y no es que sea de suma urgencia sexual encontrar una pareja a la que amar porque tenía dónde saldar sus necesidades, al menos las físicas y sexuales pero llegó un día en el que dejó de alcanzar. Un día en el que llegó a casa después de trabajar y no hubo alguien a quien contarle que esa tarde le había dado el alta a un paciente, que estaba feliz por el trabajo que habían hecho juntos y entonces el peso de la dichosa "soledad" le presionó un poco el pecho.
Desde ese entonces se dedicó a ir a cuánto lugar espiritual existiera, algo tenía que tener ella, era imposible que a su edad no se hubiera enamorado nunca.
Asistió a charlas budistas, seminarios chinos y japoneses que hablaban del dichoso hilo rojo que no hizo más que medio deprimirla, el suyo seguramente no nació nunca o algo se encontró por el camino o se resigno a la soltería.Se abrió los chacras, se hizo limpiezas energéticas, fue a la iglesia pero nada le dio la respuesta o la solución a su "discapacidad emocional" como ella denominó a su incapacidad para enamorarse.
Isabel, su hermana mayor, era una especie de confidente para ella, la única que la conocía como la palma de su mano, la única que sabía su inquietud por lo que le pasaba y muchas veces habían bromeado con el tema. Luego de estar varios años intentando solucionar eso, ya se había convertido en una especie de broma durante las reuniones familiares.
Las dichosas reuniones familiares que no hacían más que recordarle que estaba soltera, que no había podido soportar a una pareja por más de dos meses, que se había aburrido, desencantado o simplemente cansado antes de siquiera intentar buscar maneras de salvar aquello.
Su hermana mayor le dijo que quizás no era algo externo lo que le impedía enamorarse, quizás era ella que no se abría lo suficiente a las personas, quizás no se daba la oportunidad de conocer y dejarse conocer y ahí fue María Teresa otra vez a intentarlo.
ESTÁS LEYENDO
Un toque de locura (MayFer)
Fiksi PenggemarSolo algunos relatos de May y Fer, integrantes del grupo Pandora. Están hechos con todo el respeto del mundo y sin ánimos de ofender.