Juez Turpin

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¿Alguna vez os preguntasteis, si todo lo que decían era verdad?
Pues dejarme deciros que las habladurías, nunca son del todo ciertas, y en esta historia es donde entra el mismísimo Turpin.

Él y yo nos conocíamos desde que era pequeña, por no decir, que era el mejor amigo de mi hermano.
Siempre que no entendía algo, él me ayuda y me lo explicaba. Siempre estuvo pendiente de mí, y de que mis estudios fueran lo más importante, él fue quien me inspiró para ser abogada.
Durante toda mi infancia y adolescencia, veía como Turpin salía y entraba en casa. Cada vez que me veía, se acercaba, y me ayudaba a estudiar, más de una vez mi hermano se celó al ver a su mejor amigo, más pendiente de su hermana pequeña.
Desde que conocí a Turpin, mi vida fue alegre y divertida, siempre me hacía reír, incluso él se reía, y sobre todo se divertía. Turpin siempre deseo ser juez, y eso me hizo querer ser abogada, deseaba trabajar con él, codo con codo. Ser un equipo. Pero todo tiene un final, y a veces, nunca es feliz.

A mis 18 años, mis sentimientos hacia Turpin habían cambiado como nunca, ya no lo veía como un amigo, o como un hermano, lo veía como a un hombre, un hombre del cual estaba enamorada. Pero como ya he dicho anteriormente, los finales no suelen ser felices siempre....

Flashback...

-Turpin...

-¿Qué ocurre enana?- Preguntó dejando de lado sus papeles, y mirándome.

-Bueno, verás yo... la verdad es que...

-TN, sabes que puedes decirme lo que sea, adelante, dilo, sin miedo- sonrió dulcemente, dándome valentía para hablar.

-Turpin, me llevas gustando desde los 16 años, y ahora sé que estoy enamorada de ti- hable rápido, sintiendo como mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho, debido a los nervios.

El rostro de Turpin, se desencajó, dejándome claro, que no se esperaba aquella confesión de mi parte.

-TN, yo...

-Cariño, te traje tu café- me giré hacia la puerta, observando a una mujer, de la misma edad de Turpin, entrar por aquella puerta, una taza en su mano, y una sonrisa en su rostro. Lentamente, se acercó a él, dejando la taza en la mesa, y depositando un suave beso en sus labios, que ella disfrutó

-TN, ella es...

-Melisa, la novia de Turpin.- En ese instante sentí como mi mundo y corazón se hacían añicos. Lentamente, asentí, disculpándome, y saliendo de aquel despacho.

Una vez fuera de aquella habitación, corrí a toda velocidad hacia el jardín, encontrándome con mi hermano y padres.

-Cariño, que sorpresa, ahora estábamos hablando de ti, y de tus estudios- habló mi padre tranquilo.

Intentaba no llorar, o verme vulnerable ante mi familia, estaba dispuesta a aguantar el dolor, pero solo durante un par de minutos más.

-Un viejo amigo de tu padre, es profesor de abogacía en América, y si estás interesada, mañana mismo puedes coger el barco, y dirigirte hacia Nueva York.- Me informó mi madre, orgullosa y feliz, pero a la vez triste, estaba claro, que no quería ver su hija lejos, y la entendía, yo tampoco quería estar lejos de mi madre.- Turpin, hola, ¿el despacho está hecho a tu gusto?- Me quede estática al oír su nombre, mi corazón golpeó con fuerza, y más cuando al girarme, vi a aquella mujer, detrás de él.- Le estábamos comentando a TN sobre los estudios en Nueva York.

-¿En Nueva York?- habló sorprendido, y aunque no lo viera, sabía que su mirada estaba posada en mí- Pero eso está muy lejos, además ella es muy joven para via...

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