Juez Turpin +18

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Dedicado a Eileenprince020518

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Todos miraban asombrados a la pareja, sabían que el Juez era un hombre duro, estricto y temido, pero con ella....

A ella la trataba con amor, fuera donde fuera, la consentía, cuidaba, acariciaba y sonreía.

Más de un ciudadano se sorprendió al oír la risa del Juez, y no era para menos, cuando solo reía con ella. Solamente a ella le mostraba su lado tierno, pero a los demás, los miraba con asco, para él, los demás eran hormigas, mientras que ella, era su todo, su mundo, su vida.....







-Turpin, ¿no crees qué eres muy duro con ellos? Únicamente están haciendo su trabajo lo mejor que pueden.- Habló la mujer caminando hacia él.

-Una cosa es hacer su trabajo y otra muy diferente es trabajar como se debe- explicó irritado. TN río suavemente, mientras se colocaba detrás del asiento del hombre, y lo abrazaba, provocando que Turpin se relajará y llevará sus manos a los brazos de ella, acariciándolos.

-Estás muy estresado, mi amor.- Susurró cerca de su oído, consiguiendo que Turpin sonriera.

-Ven aquí.

TN rodeo la silla, quedando así delante del hombre, el cual la acerco, descansando su cabeza sobre el estómago de la mujer a la vez que acariciaba su baja espalda. TN acariciaba su cabello con cuidado, adoraba hacerlo, y sabía que aquello lo ayuda a calmarse aunque pareciera raro.
Sin que ella se lo esperase, Turpin la sentó sobre su escritorio, consiguiendo que la mujer lo riñera.

-¡Turpin!- Este sonrío al verla con el ceño fruncido.

-Necesito que me ayudes mi amor- susurró sobre su vientre, enviándole a TN una descarga eléctrica, recorriendo de esta manera toda su columna vertebral.

-Podría venir alguien- dijo tímida, sabiendo que poco le importaba al hombre si alguien venía.

TN lo conocía, y sabía mejor que nadie que cuando Turpin le pedía ayuda, nadie lo podría detener, cosa que amaba, pero también temía.
Era cierto que Turpin era cariñoso con ella, y las veces que hacían el amor, lo hacían lento. Él la trataba con delicadeza y la cuidaba, temiendo hacerle daño. Pero también conocía su otro lado, y ese siempre conseguía erizarle la piel. Por un lado, él era tierno con ella, pero por otro, poco le importaba hacerle daño, poco le importaba dejarla sin caminar, o marcada.
Pero ella no podía mentir, adoraba sus dos lados, adoraba cuando la trataba con amor, y cuando la hacía sufrir, provocando que ella gritara por más.

-TN, ¿dónde te has ido?- Preguntó Turpin divertido, al verla tan perdida en sus pensamientos.

Esta al mirarlo se sorprendió al verlo solo con los pantalones. ¿Cómo era posible que él ya estuviera así? ¿Tanto tiempo estuvo perdida en sus pensamientos?
Pero mayor su sorpresa, cuando este acarició sus piernas por debajo de su vestido, llegando hacia su entrepierna.

-Turpin- lo llamó suave. Sentía como su cuerpo reaccionaba a él, provocando que el hombre sonriera ante la piel erizaba.

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