Sheriff George de Nottingham +18

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-¡Maldito!- Gritó entrando a la sala, para luego azotar la puerta con fuerza, sorprendiendo a las personas que estaban ahí.

-¿Mi señor?- Habló Mortianna, la bruja del palacio, llamando la atención del hombre- Necesita relajarse, el ladrón lo está agobiando, y eso lo llevará a la pérdida del poder.

-¿Y qué me recomiendas? ¿Ir de copas con él?- Preguntó sarcástico.

-Le recomiendo pasar la noche con mi sobrina- George abrió los ojos como platos ante la recomendación.

-¿Te has vuelto loca? Es una niña- inquirió sobresaltado.

-Mi señor, la joven tiene 22, y usted 30, la diferencia no es mucha, además, ella estará encantada de ayudarlo.- Dijo feliz, esperando la respuesta del hombre.

-De acuerdo, dile que venga después de cenar a mis aposentos.- Habló saliendo de la sala.

- Si mi señor- dijo rápido, para que lo escuchara.

De manera rápida, la bruja corrió hacia la habitación de su sobrina, viendo como estaba preparando varios ungüentos, mandados por su tía.

-Deja lo que estés haciendo niña- ordenó, haciendo que esta parará y se girara a ver a su tía- Esta noche vas a darle placer al Sheriff...

-Pero tía.. yo nunca...

-¡Silencio! Es una orden- sentenció sabiendo que ella no podía negarse a ello.- Esta noche, después de cenar irás a su habitación, y como intentes escabullirte el brazalete te hará tanto daño que no podrás soportarlo- sonrió maliciosa, provocando que la joven tragara en seco.

- Entiendo tía. Esta noche ayudaré al Sheriff y cumpliré con la orden- dijo asustada, sabiendo que si no lo hacía, el brazalete la podía llegar a matar.

- Nos veremos a la hora de cenar, ahora descansa y prepárate, tienes que estar preciosa y deseable para el Sheriff.

La joven suspiró tranquila cuando su tía salió de la habitación.

-¿Por qué me has hecho esto madre? ¿Tanto me odiabas?- Se preguntó mirando el brazalete, sintiendo las lágrimas caer por sus mejillas.

-Nunca te he odiado, mi niña- la joven levantó su cabeza asustada, viendo a su madre delante de ella.

-¿M...mamá?

- Hola pequeña...-sonrío tristemente- siento haberte dejado con Mortianna, pensé que era lo mejor, nunca pensé que hechizaría el brazalete- dijo mientras posaba su mano encima del brazalete.

-¿Cómo es posible que estés...

-El brazalete, antes de morir, decidí hechizar el brazalete con mi sangre, para que así, cada vez que me necesites, mi espíritu esté contigo, pero.... Mortianna lo maldijo, convirtiéndote en...

-Un maldito soltado- soltó enojada- no me puedo negar, ni siquiera me lo puedo quitar- suspiró frustrada.

-En realidad si puedes. Una maldición siempre tiene un contra hechizo.

-¿Cuál?

-Eso tendrás que averiguarlo tú, siento no poder ayudarte más, mi amor. Te amo, y jamás dejaré de hacerlo TN.





-Maldita niñata, ¡levántate!- Gritó la bruja tirándola de la cama.

-¡Auch! ¿Qué ocurre?- Preguntó somnolienta.

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