Alan Rickman +18

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-¿Se puede saber por qué tengo que acompañaros a misa?- Preguntó la joven bajando las escaleras para llegar al salón donde sus padres la estaban esperando.

-Porque ayer prometiste acompañarnos, así que no hay marcha atrás, jovencita- dijo su madre, mirándola de arriba abajo, viendo aquel vestido verde, que hacía juego con su tono de piel, y cabello. - Estás preciosa mi amor.

-Gracias mamá- sonrió la joven con ternura acercándose a su madre.

-Si ya están listas, hermosas damiselas, déjenme llevaros a vuestro carruaje- soltó su padre, haciendo reír a su mujer e hija, quienes se enrollaron sus manos alrededor de los brazos del hombre, y se encaminaron al coche.

Una vez llegaron a la iglesia, TN vio a todos sus vecinos además de varios amigos saludarla antes de entrar.
Sus padres se acercaron a ella y antes de que la joven se encaminará a la iglesia oyó a su madre llamar a alguien.

-Alan.

TN vio aún hombre de traje negro, cabello castaño arrubiado, ojos casi negros, tez blanca, y nariz aguileña. A su vista, era el hombre más guapo que había visto, ni siquiera en Nueva York, donde había estudiado hasta hace dos días, ya que había concluido la universidad, había visto a un hombre tan hermoso como él.

-Alan, está es nuestra hija TN, volvió hace dos días de Nueva York.- Informó la mujer

-Así que tú eres la famosa TN, he oído hablar mucho de ti.

TN sintió sus piernas flaquear al verlo sonreír, y una punzada en su centro al oír aquella voz gruesa.

-Espero que hayan sido cosas buenas y no malas- habló la joven mirando al hombre, intentando no comérselo con la mirada.

-Han sido cosas maravillosas, además he oído que estabas estudiando veterinaria.

-Si, pues la verd...

-Sé que no debería interrumpir, pero dentro de 5 minutos comienza la misa- informó el padre de TN, el cual llevo una mirada de reproche por parte de la joven.

Alan sonrió ante aquella mirada, para finalmente despedirse de la familia, e ingresar a la iglesia, seguido segundos después por TN y sus padres.

La joven buscaba con la mirada a Alan, queriendo saber dónde se sentaba, o ver algún indicio de si estaba casado.

Pronto vio como la gente se levantaba, provocando que ella también lo hiciera, y acabara mirando al frente, haciendo contacto visual con Alan.

-Alan es el cura del pueblo- informó su madre.

En ese momento, su pregunta a si estaba casado se disipó, al igual que su fantasía de llegar a tener algún romance con él.

Durante la misa, TN no podía quitar la vista de Alan, su voz gruesa, jugaba en su contra, provocando escenarios en su cabeza, y que tuviera que cruzar las piernas con fuerza cuando el hombre mencionó el pecado de la lujuria.

Alan tampoco se quedaba atrás, cada vez que podía, miraba a la joven, la cual no le quitaba la vista de encima, y durante un instante pudo apreciar como cruzaba las piernas cuando de su boca salió la palabra lujuria, a la vez que la joven abría su boca para morderse el labio.
En ese momento Alan sintió su miembro palpitar, provocando que gritara contra el diablo por aquella tentación.

Cuando concluyó la misa, TN se dirigió al baño con rapidez para mojarse la cara, y nuca, nunca había sentido algo así, y mucho menos había sentido su orgasmo tan cerca, con tal solo escuchar la voz de un hombre. Estaba perdida y lo sabía, pero aun así, decidió acompañar a sus padres a misa todos los domingos.

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