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Especial San Valentín

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Coronel Christopher Brandon

-TN, mi amor- la llamó su marido, mientras la buscaba por toda la casa.

Al llegar a la cocina, encontró a su esposa cocinando, mientras cantaba.
Este se acercó a ella, provocando un pequeño susto a TN.

-Me encanta escucharte cantar- esta sonrió al escuchar la voz de su marido, dándose la vuelta para abrazarlo, y besarlo con amor.

-Feliz día de los enamorados, mi amor- habló Brandon mientras le mostraba una rosa roja.

TN sonrío.
Esa noche hicieron el amor hasta quedarse dormidos, los dos disfrutaban de ellos, y no había día, en el que no hicieran el amor. Pero este día, los dos querían demostrar que el amor que sentían, jamás se apagaría.

Grigori Rasputín

Rasputín se encontraba paseando por el pueblo. Veía con recelo, a las parejas felices, él quiso sorprender a su pareja, pero está se negó a verlo.

Este suspiró cansado, su mujer llevaba días rara, y temía que fuera porque tuviera una aventura.

Caminó de vuelta al castillo cabizbajo. Una vez entró en el castillo, oyó risas por parte de las mucamas, pero estaba tan cansado que ni siquiera les hizo caso.

Al entrar a su habitación, quedo en completo shock, su mujer estaba en ropa interior, encima de su cama, la cual estaba llena de pétalos de rosas.

-Siento no haber podido estar contigo en el pueblo- dijo levantándose lentamente- pero quería prepararte algo bonito- concluyó, sintiendo el peso de Rasputín sobre ella.

TN río ante la reacción de su hombre, para acabar gimiendo cuando este comenzó a chupar y morder su cuello.
Rasputín subió para besar los labios de su amada, mientras se desprendía de sus ropas.

A los segundos llevó su mano a la entrepierna de TN, dándose cuenta de que ya estaba mojada. Sonrío y fue introduciéndose lentamente en ella, disfrutando así, por parte de los dos, la sensación.

Ese mismo día al igual que noche, Rasputín la hizo gritar su nombre, al igual que él gimió el de ella.

Severus Snape

TN se encontraba en el despacho de Snape, esperándolo para poder darle su sorpresa.

Al llegar la hora de cenar, esta aún no había aparecido, y lo peor fue que ella lo había citado ahí.

Desilusionada salió del despacho para dirigirse al comedor, si faltaba, sus amigos comenzarían a sospechar, no tenía ganas de oír sus teorías.

Al entrar en él, nunca imagino ver al profesor Snape, delante de la mesa de profesores, con un ramo de rosas.
Este se fue acercando a ella, para luego arrodillarse ante ella, y sacar una cajita de terciopelo verde.

-TN Brandord, ¿quieres cambiar tu apellido a Snape, y hacerme el hombre más feliz del mundo?- Preguntó, mientras la cajita se abrió, mostrando un hermoso anillo, de oro blanco, con piedritas verdes oscuras.

Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de TN, ahora entendía por qué él no había asistido al encuentro.

-¡Si!- Gritó de felicidad, mientras él le colocaba el anillo, para segundos después, arrojarse en los brazos de Snape.

Todo el comedor comenzó a aplaudir, tanto los profesores como los alumnos adoraban a la pareja.
Y aunque TN fuera una de las mejores becarias de Hogwarts, Severus le pidió ayuda a sus amigos, incluido al mismísimo Potter, al fin y al cabo él y TN eran primos.