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Pov María José

Quizá era una señal ver a la mejor amiga de Daniela dos veces en un día y en esta situación. Sentía la mirada de alguien desde hace rato y sabía que era ella, tenía ganas de preguntarle por “la innombrable” como dice Laura, pero sabía que no me respondería solo me quedaba hacer lo que ella estaba haciendo, ignorar y fingir que no la conozco. Laura y yo terminamos de cenar, así que levanté la mano para que me trajeran la cuenta.

- ¿Se le ofrece algo más señorita? – pregunto Abi, al parecer el chico que nos atendió al principio se había ido y ella era la encargada de esta mesa. –

- Sí, me trae la cuenta por favor. – hablé de la misma forma que ella, ya no iba a rogar por nada, ni siquiera por intercambiar unas palabras.

- Claro, ya regreso. Permiso. – se retiró y a los minutos llegó, me entrego la cuenta y yo le di mi tarjeta. Volvió a irse para cancelar.

- Vale, esto es extraño. – hablo Laura – se supone por lo que me contaste, antes de que pasara todo ustedes eran amigas, ahora solo se ignoran como si nunca se fuesen conocido. –

- Lo sé – suspiré – también me parece raro, pero ella empezó, primero en la heladería, luego la escena que me hizo cuando salí a buscarla y ahora otra vez – vi la Laura – si ella no quiere hablarme yo no le voy a rogar. Me cansé de eso. –

Laura no dijo nada porque llegó Abi a entregarme la tarjeta y el recibo de pago, me levanté y le extendí la mano a Laura, si quería hacer conclusiones que le daría motivos para que lo hiciera.

- Vamos cariño – le hable a Laura que me miró extrañada. – hora de ir a casa. –

- Va… vamos ¿Cariño? – es idiota, me preguntó si diosito no tenía a alguien mejor para poner como mi mejor amiga.

- María José – hablo Abi cuando ya estaba  unos pasos alejada de la mesa, gire para verla aún tomando la mano de Laura, le di una mira a Abi para que hablara. – puedo… necesito hablar contigo. –

- ¿Ahora sí? – pregunté – cuando temprano me ignoraste y fuiste grosera y ahora de nuevo me has ignorado. – dije con un poco de molestia en mi voz . – olvídalo Daniela. –

- De verdad es importante – volvió a hablar cuando yo di un paso más, Laura parecía en un juego de tenis, moviendo la cabeza de lado a lado. – ten mi número. – me dio un papel. – ahora no puedo hablar porque estoy trabajando, pero de verdad es importante que hablemos, no te molestaría a ti ni a tu esposa si no fuese importante. – Laura soltó una risita al escuchar “esposa” y yo por dentro también reí.

- Abi, estaré ocupada pero veré qué puedo hacer. – gire para seguir caminando y Laura seguía riendo.

- María José. – volvió hablar Abi y Dios, cada vez que me llamaban así sentía que me regañaban, gire de nuevo para verla. – realmente es importante, depende de ti algo y podrías ayudar mucho. – ahora quién giro fue ella yéndose y yo me quedé ahí, pensando en que fue lo que quiso decir.

Salí del restaurante y subí a coche con Laura empezamos a hablar otra vez de tonterías sin sentido, Laura como un jodido grano me pidió llevarla a su casa. Cuando ya íbamos llegando ella hablo y sabía que quería hablarlo desde el restaurante.

- ¿Crees que lo que dijo esa chica tenga algo que ver con da… Voldemort? – rodé los ojos. – se veía muy preocupada y siendo ella su mejor amiga… -

- No sé Lala, la verdad. – suspiré porque era algo que yo también pensé. – está claro que podría ser algo sobre ella pero no sé si yo quisiera saber, es decir, han pasado años desde que me dejó y nunca hizo nada por buscarme, solo me dejó con el corazón roto y se fue. No sé si estoy preparada para verla. –

- Te entiendo, pero ten presente que ese puede ser el caso y tengas que verla. – aparque el coche porque ya habíamos llegado a su casa. Laura puso su mano en hombro dando un leve apretón. – sea lo que sea, yo estoy contigo y si me necesitas estaré ahí, así sea para hacerme pasar por tu esposa. – subió y bajo las cejas de una forma graciosa. Me hizo soltar una leve risa. – eso es, ya basta de estar mal por ella. – se bajó de coche y fue a su casa.

Camino a casa no deje de pensar en eso, y al llegar tampoco, al dormir mucho menos. Me preguntaba que podía ser eso tan importante que tenía que hablar Abi conmigo, algo tenía que ver el hecho de que trabajaba en una heladería y en un restaurante de mesera, y no es que denigre su trabajo, pero Abi es hija de un empresario reconocido y que su hija trabaje en esos lugares deja mucho que pensar. Era más de media noche y yo seguía dando vueltas en la cama y dando vueltas en mis pensamientos, me levanté y busque en los bolsillos aquel papel que me dio Abi, si yo no tenía respuestas para mis preguntas ella sí. Decidí llamarla, si le enviaba mensajes moriría de ansiedad hasta que respondiera, porque sí, soy demasiado ansiosa.

Llamada

- ¿Bueno?... – respondió con voz adormecida y me di cuenta de la hora, ¿Idiota? Claro que sí.

- Abi, perdón que te despierte. – respondí. – soy… soy María José. – escuché movimientos y luego hablo de nuevo.-


- Po… digo, María José, no pensé que me fueses a llamar tan pronto. – dijo y yo tampoco pensé que podía haberle llamado tan pronto. – no me despertaste tranquila, llegué hace poco del trabajo. Dime ¿Qué se te ofrece?. –

- Tranquila, dime poché cómo siempre. – sonríe. – si me dices llamas por mi nombre siento que me regañas. – escuché una leve risa del otro lado de la línea. – Abi , esa pregunta debo hacerla yo. ¿Qué se te ofrece? Me dijiste que necesitabas hablar conmigo. –

- Sí, verás, es importante y no creo que pueda hablarlo por aquí, ¿Te parece venir mañana a mi casa? Estaré libre en la mañana. –

- Oh, bueno. Podría hacerlo, me mandas tu dirección y la hora por favor y estaré ahí.-

- Claro te la envío en un mensaje, ten buenas noches, y poché, gracias por aceptar hablar. –

- No te preocupes Abi, buenas noches para ti también. –

Fin llamada

Creo que ahora sí podría dormir al saber que al despertar e ir donde Abi tendría respuestas.
A la mañana siguiente desperté antes de la molesta alarma y eso me reafirmaba lo ansiosa que era, me duche y vestí nuevamente con uno de mis trajes, este era todo negro con una camisa blanca por dentro, me maquille ligeramente porque no me gustaba tanto de eso, pero tenía que estar presentable. Baje y tome un zumo de naranja con unas rebanadas tostadas y aguacate mientras lo hacía, le avisé a Abi que estaría en su casa en una hora. Sonó el timbre de la casa y me extrañé porque no esperaba a nadie me levanté para abrir la puerta y ver quién era.

- Tienes que darme una llave de tu casa, tener que esperar a que abras es molesto. – sí, Laura, supongo que no tenía vida propia y por eso no me dejaba en paz.

- Buenos días a ti también Lala. – dije con evidente sarcasmo. – lamento arruinar tus planes de molestarme desde temprano pero voy de salida. –

- ¿A dónde vamos? – gire los ojos por qué se invitó sola.

- Lala voy a casa de Abi, para hablar lo que sea que quiera hablar conmigo. – ví como su rostro tomo un poco de seriedad.

- ¿Estás segura de ir? – pregunto realmente preocupada y por está razón la quería, podía ser idiota pero siempre se preocupaba por mi.

- Sí Lau, necesito saber que es. Algo me dice que realmente es importante y tengo que ir. – mire a Laura que se quedó pensando.

- Vale, entiendo. ¿Quieres que vaya contigo? Digo, ya había dicho que iría pero si es muy importante para ti y no quieres que esté, no voy. –

- Realmente muero de nervios ir sola, creo que sí vas conmigo me serías de mucha ayuda. –

Ella asintió porque no hacía falta nada más, sabía que estaría para mí en todo momento. Salimos de mi casa y subimos al coche poniéndolo en marcha a casa de Abi.



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