Pov María José– Mami ¿Puedes ponel música? – pregunto con mi hijo y yo asentí.
– No tía, a mi me duele la cabeza y prefiero dormir en el camino. – me interrumpió Sofía.
– Pero se puede ponel en volumen bajo. – protesto José Ángel.
– Igual no me dejaría dormír.
– Entonces no duemes un viaje es pada disfluta no dolmi.
– Pero yo quiero dormir, ya me se el camino porque mi tía siempre me trae.
– Pues es mi plimeda vez viniendo y quie-ero es escuchal música.
– Pero yo no quiero.
– No impolta es el coche de mi mami.
– Tú Mami es mi tía.
– Pelo me quiere más a mí porque soy su hijo.
– Me quiere más a mí.
– No, a mí.
– Me quiere más a mí porque yo sé pronunciar la "R" y tú no.
– ¡Eso no es cielto!– dijo mi hijo, yo no sabía que hacer, mire a calle y ella a mí. – Mami ¿Veldad que tú me quieres mas a mi?
Rayos, ¿Que se supone que responda?
– Los quiero a los dos por igual, y ya está fin de la discusión. – digo de forma tangente en un intento de salvarme. – ahora, pondré música en volumen bajo, así tu puedes dormir Sofía.
– ¿Ves?– Dijo José Ángel. – va pone-er música polque yo se lo pedí. – Sofía iba a protestar pero la interrumpí.
– Bueno, basta ya. – dijo un poco brusca.– No hay música, y si siguen así tampoco habrá viaje, nos devolvemos y ya. ¿Eso quieren?
– No Mami.
– No tía.
Respondieron ambos y yo pude suspirar, Calle a mi lado que hasta ahora no habia dicho nada tenía una sonrisa burlona en su rostro, la mire y rodé los ojos. Pose mi vista en la autopista, el coche iba en un silencio profundo el cual agradecí, no pense que junta a José Ángel con Sofía sería tan complicado.
Después de tres horas, en las que Calle hablaba con los niños y yo me limitaba a conducir e intercambiar una que otra palabra con ellos, llegamos a nuestro destino.
Estacione el coche frente a la cabaña y Calle y yo bajamos para ayudar a bajar a los niños, ella bajo a nuestro hijo y yo bajé a Sofía.
– ¡Wow mami! Es muy linda. – dijo José Ángel.
– Si lo es. – respondí.
Los lleve adentro y le expliqué brevemente a Calle dónde estaban las habitaciones, la cocina y baño. Era una cabaña pequeña pero acogedora, con cuatro habitaciones, cocina, comedor y una pequeña sala de estar que contaba con un simple sofá color miel, frente a este una chimenea.
Después de eso fui al coche nuevamente para bajar las cosas de los niños, las de Calle y las mías, entrando en el interior de la cabaña nuevamente escuche la voz de José Ángel.
– ¿Es cielto que mami no me quiero porque no puedo decil esa letla?
– No cariño, no es cierto tu mami te quiere muchísimo aún si no sabes decir esa letra.
Termine de entrar completamente dejando las cosas en el piso y camine hasta donde estaban ellos.
– Hijo, yo te quiero sin importar nada. – le dije– pero si te hace sentir mejor, tengo unos trucos muy buenos para que aprendas a decir la R.
– ¿De veldad? – pregunto con su carita llena de ilusiones.
– Si mi amor. – le respondí con una sonrisa y el se abrazo a mi cuello.
– Tía, tomaré la habitación de siempre. – apareció Sofía.
– Alto señorita, venga para acá. – ella a regañadientes llegó hasta mí. – quiero que se pidan disculpas, lo que hicieron en el coche está muy mal.
– Él empezó. – dijo Sofía.
– No es cielto. – se defendió José Ángel. Dios, otra vez no.
– No me importa quien empezó, lo que quiero es que ambos terminen con esto y se pidan disculpas. – hable fuerte, ambos se miraron.
– Disculpa Sofía.
– Disculpa José Ángel.
Pude respirar después de eso.
– Ahora, Sofía por favor muéstrale a tu primo la habitación que usará. – ella asintió y estiró su mano para tomar la de mi hijo, él dudoso la tomó y ambos se fueron con dirección a las habitaciones.
– Esta interesante el viaje. – hablo calle con gracia en su voz.
– Sí, muy interesante para ti, estresante para mí.
– Gordi son niño, hay que tenerles paciencia.
– Ya, y eso intento chiqui pero... – Suspiré.
– Ve a descansar un rato, has conducido todo el camino y venías de trabajar. Ve a tu habitación, descansa un poco mientras yo preparo algo para la cena.
– Suena bien, pero no quiero dejarte sola con estos dos.
– Los sabré manejar, ve a descansar.
– Vale. – dije levantándome y besando su frente, fui hasta la habitación que siempre usaba cuando venía aquí y sin más me desplome en la cama.
Desperté por unos pequeños toques en mi espalda, al abrir los ojos me encuentro con la sonrisa de mi hijo.
– Dice mamá que ya está la cena. – habla, y yo me quedo pensando en el panorama, podría acostumbrarme a esto, mi hijo despertándome con una sonrisa y su madre esperando para cenar.
Estiró mi pequeño cuerpo y con pereza me levanto de la cama, al llegar al comedor están los tres sentados, Sofía al lado de José Ángel sin ninguna intención de discutir y Calle frente a ellos. Tomo asiento al lado de Calle y nos disponemos todos a cenar tranquilamente escuchando las travesuras de Sofía y las de José Ángel, veo la intención de cada uno, están compitiendo entre ellos y eso no me gusta.
– Niños.– hablo para captar su atención, cuando ya la tengo procedo a hablar.– Se lo que están haciendo y eso no está bien. Sofía, tu eres mi sobrina y te amo desde el día que te vi por primera vez, y a ti igual José Ángel, eres mi hijo y te amo desde que te conocí, a los dos los quiero muchísimo, un amor diferente porque tú eres mi sobrina– hablo con dirección a Sofía.– y tú mi hijo.– está vez miro a José Ángel.– Pero eso no quiere decir que no los quiera muchísimo, daría lo que fuera por ustedes dos. Así que ya dejen de discutir y competir entre ustedes, los dos son lo mejor que me ha pasado y ya está, ¿Vale?
– Si mami. – dijo mi hijo y Sofía asiente.
– Yo también te quiero muchísimo. – dice mi sobrina está vez.
– Y yo voy a aplende a decil la letla pada que me quie-eras más. – dijo José Ángel y yo rodé los ojos.
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Bye
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quédate (Cache g¡p)
RandomPensar que haces lo correcto cuando no es así. Perder al amor de tu vida por no perderlo todo. Tenerlo todo, pero no tener el amor de tu vida. Es mi primera historia, por favor denle amor. Poché (g!p) Si no te agrada este tipo de contenido por...