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Pov Daniela

–¿Que fue lo que pasó? – pregunto Abi después de un tiempo, ya estaba más calmada.

– Le dijimos a José Ángel que Poche es su otra madre. – Abi abrió sus ojos sorprendida.

–¿No lo tomo bien?

–De hecho si, al principio lo tomo bien, se abrazaron y el estaba muy feliz al igual que nosotras.

– ¿Entonces que paso?

– Pues, dijo que viviríamos juntos, Poche y yo intentamos explicarle que eso no era posible y lo tomo mal, le gritó a Poche y le dijo que se fuera de nuevo. – explique.

– Vaya, no me esperaba eso. – dijo.– ¿Por qué no hablas con él?

– Está enojado Abi.

– Por favor Calle, ¿Le tienes miedo a tu hijo de cuatro años?

– No le tengo miedo, es solo que su carácter es como el de Poche cuando se enoja. Prefiero esperar.

– Cobarde, ve y habla con tu hijo.

– Bien. – Rodé los ojos y me levanté del sofá con dirección a la habitación de mi hijo.

Al entrar lo ví todo cubierto con la frazada, parecía una oruga, sonreí, me acerque y toque lo que creo es su cara.

– ¿Quien es? – Pregunto, aún sin salir de la frazada.

– Soy yo cariño. – le dije, y el salió de su escondite, su ojitos estaban tristes. – Vamos a hablar de lo que pasó afuera.

–¿Poche está tliste? – pregunto.

– Si cariño, está muy triste y se fue así. Lo que hiciste estuvo mal. ¿Lo sabes? – Él asiente.

– Yo quiero ser una familia como la de Santiago mamá, que mami viva aquí y que te ablace como los papás de santi lo hacen.

– Lo se mi amor, pero no es la manera de pedir las cosas. – le dije acariciando su mejilla suavemente.– Poche está muy triste por como le hablaste. – suspiré. – Hijo, las cosas no son fáciles y tú eres muy inteligente para saber las cosas. Tú quieres que Poche y yo seamos como los padres de Santi, pero eso no se puede por ahora mi amor. Antes tu mami y yo nos amamos mucho, pero han pasado cosas y por eso no podemos ser como los padres de Santiago.

– Pelo ella es mi mamá, las mamás y los papás se aman, tu me lo dijiste por eso nací yo.

– Sí cariño, pero ahora las cosas son distintas, yo amo a tu madre y siempre lo haré pero no sé si ella aún me ama, y si no, pues vamos a trabajar para que lo hagas ¿Me ayudas? – el asintió alegremente.

– Si mamá, así podemos ser una familia.

– Ya somos una familia mi amor, pero ahora tenemos que darle tiempo a Poche para que se acostumbre a todo esto de tener a un hijo tan bonito como tú y a estar con nosotros. Quizá más adelante podamos hacer eso que quieres.

– Está bien mamá, voy a ayudalte a qué mami te ame como antes y así podemos estar todo juntos.

– Cariño, también tienes que saber que si Poche no me ama, no podremos vivir juntos, al menos no todos.

– Entiendo mamá, si mami no se enamoda de ti de nuevo no podemos vivir con ella, pelo si se enamoda sí.

– Muy inteligente mi amor. – le di un beso en su frente.

–  Mamá, llama a mami, quiero disculparme con ella.

– ¿Que te parece si le haces algo, algún dibujo como disculpa y se lo llevamos mañana al trabajo? – le di un idea y el asintió. – Ya hoy es tarde mi amor. Iré a preparar la cena.

quédate (Cache g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora