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Pov María José

Quedamos en un silencio luego de eso, escuchar a Daniela decir que aún me amaba era algo que no sabía cómo procesar. Daniela había terminando nuestra relación para no perder las comodidades que le daba su padre y que yo en ese momento no podía. Mi padre empezaba el crecimiento en su empresa y yo iba a mitad de mi carrera gracias a una beca. Su padre ha tenido dinero toda la vida, Daniela ha tenido comodidades toda su vida, yo no podía ofrecerle más que una casa que habían dejado mis abuelos, paseos en transporte público y lo más elegante era una cena en el local de Pedro que quedaba en la esquina de la casa de mis abuelos dónde vendían arepas.

Ahora todo era distinto, ella no tenía comodidades, tenía que trabajar por ellas, no vivía bajo el techo de su padre, teníamos un hijo. Yo, yo tenía la mejor empresa de construcción del país, tenía para ofrecerle todo lo que no pude en el pasado. Pero aún así no lo haría, sufrí durante años, me oculto que teníamos un hijo, una vez prefirió las comodidades que su padre le daba que nuestro amor, nada me garantiza que no hará lo mismo y tengo que proteger mi corazón, estaré cerca de ella solo por jose Ángel.

- Perdón, vine a ver cómo te encontrabas- dijo.- José Ángel preguntaba por ti, y me mandó a verte. ¿Cómo te sientes?

- Me alegro que se preocupe por mi - dije con una sonrisa.- Estoy bien, tengo una molestia en mi espalda baja y estoy adormecida pero estoy bien. ¿Él como está?

- Tranquilo que es lo importante - dijo y note su nerviosismo.- ¿Escuchaste algo de lo que dije?

- No nada, - mentí - despertar cuando me viste. ¿Tienes rato aquí? - suspiro.

- No, no mucho.

- Vale - Nos quedamos en un silencio incómodo que si no fuese porque estaba en la cama ya me fuese ido.

- Yo... Emm...- Aclaro su garganta.- Iré con José Ángel, está solo con Abi y ese par a veces se descontrolan.

- Daniela - Llame su atención.- Tenemos que hablar.

- ¿Ahora? - pregunto

- Es lo mejor sí, no hay nadie, el pequeño está con Abi y a pesar de que se descontrolen se que cuidara bien de él.- dije - así que si, podemos hablar ahora.

- Bien - dió un suspiro pesado.- ¿De que quieres hablar?

- De todo Daniela, pero en especial lo de mi hijo.

- Está bien, para decirte eso tengo que hablarte de todo y así puedas al menos entender.

- Te escucho.

- Vale,- Se sentó recta en el banco en que estaba.- Cómo sabes, papá nunca quiso que estuviese contigo

- Eso lo se - dije.

- Déjame hablar a mi, y luego que me escuches me dices lo que quieras ¿Está bien? - asentí- bien, mi padre siempre me quiso separar de tí, casi nunca te lo dije pero cada que llegaba a casa de una salida contigo era una discusión con mi padre. En fin, papa al parecer se canso de discutir y me puso un ultimátum, eras tú o todo lo que tenía - dolió, porque no me escogió a mi - todo lo que tenía era lo de menos María José, y tal vez no me creas pero no me haría falta nada estando contigo, pero si me haría falta mi madre. Ella siempre ha sido la que me escucha, quien apoyo nuestra relación y te quería, papá dijo que si te escogía a ti se irían lejos y yo no iba a volver a ver a mi madre, acepte su juego y fue el día que fui a tu departamento salí de ahí hecha pedazos Poche, no solo destruí tu corazón también el mío. No podia quedarme sin mi madre y se que papá iba a cumplir con llevarla lejos.

- ¿Por eso nunca me dijiste que teníamos un hijo?- pregunte.

- No Poche, iba a decírtelo. Un mes después de eso yo no salía de mi habitación, solo hablaba con mi madre y mi Nana, solo comía helado... De pistacho, al principio pensaba que comiendo esa cosa te tendría cerca de alguna forma, pero mamá dijo que tenía que ir al médico, que las náuseas no eran normales. Y pues fuimos al médico, mamá me llevo y el doctor nos dió la noticia, mi madre estaba tan feliz, me dijo que te dijera, que tú al saber eso íbamos a arreglar todo.

- Y tenía razón Calle, me lo fueses dicho y nunca te fuese dejado sola, sin importar tu padre.

- Ese es el caso Poche, al llegar a casa mi padre escucho a mamá decirle a Nana y me pidió hablar con el en su despacho, donde me exigió que no te dijera, lo desafíe y le dije que lo haría que tenias tanto derecho como yo. Se enfado y me dijo que si lo hacía iba a enviarme a España, dónde tú no podrías encontrarme y el me quitaría todo el dinero, me manipuló diciendo que mi hijo necesitaría estar cómodo, que tendría gastos con los cuales yo no podría correr y menos en otro país. Termine aceptado y por eso no te dije que teníamos un hijo. Un año después del nacimiento de José Ángel me fui de casa, Abi se fue de casa también porque sus padres no aceptaron su sexualidad y me culpaban a mi por eso, ambas salimos adelante. Cuando salí de la casa de mi padre intenté buscarte,  pero no habían señales de ti, ya no vivían en el departamento, el único que estaba en el ojo público era tu padre, desistí y acepte el hecho de no volver a verte, de que mi hijo creciera sin su otra madre. Empecé a verte en revista y así fue como supe de ti todo este tiempo, hasta el día que Abi llegó a casa diciendo que te había visto, el resto ya lo sabes.

Termino de hablar y yo no sabía que decir, estaba procesando todo. Siempre creí que Calle se había ido porque era una caprichosa, siempre lo fue. Ahora todo era diferente, ella se había ido por qué su padre la obligó, ella no me había dicho de nuestro hijo por miedo, ella siempre pensó en mi o al menos eso me había dicho. Cinco años de mi vida sufriendo de un corazón roto por culpa de Germán Calle.

- ¿Él sabe que tiene otra madre?- pregunte.-

- Si lo sabe, desde que empezó a entender las cosas le hable de ti, y siempre me ha dicho que quiere conocer a su otra madre.

- Él quiere conocerme - Hable en susurros, cómo si no me creyera eso.

- Sí, y yo siempre lo quise - me dijo, conectamos miradas y sentí su mano sobre la mía.- María José realmente te pido perdón, nunca quise que las cosas fuesen así. Quise formar mi familia contigo siempre, nunca separarte, pero tenía miedo por mi hijo Poche.

- Te entiendo Daniela. Tu padre no te dejo ser feliz pero eso se acabo.- dije. - regrese para quedarme, recuperar el tiempo perdido y tener conmigo a mi familia, nuestra familia.- apreté se mano y una lágrima rodo por sus ojos.

- Gracias por volver. Gracias por querer quedarte cuando yo no fui lo suficiente valiente para quedarme.

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Y ya.

quédate (Cache g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora