32

798 55 9
                                    

Pov María José

En un movimiento ágil intercambie lugares dejando a Calle abajo.

– Tú solo debes disfrutar. – le dije, para luego besarla con pasión, nuestras lenguas jugueteando mientras mis manos subía y bajan por los laterales de su cuerpo.

– No se vale – hablo en medio de un jadeo. – Quiero hacer lo mismo que tú me hiciste.

– Ya habrá tiempo para eso.– dije sin más, enfocando toda mi atención en su pecho.

Quite lo que me queda de ropa quedando así libre de toda presión que molestara mi pene, el cual dolía y estaba sediento de entrar en aquel paraíso. Un pequeño roce de nuestras partes íntimas basto para soltar un gemido y tener unas ganas más profundas de entrar ahí.

– Si algo te molesta me lo dices amor – le dije a Calle quien solo asintió.

Tomé mi miembro con mi mano pasándolo lentamente por la entrada de Daniela, subiendo y bajando, me moría pero también me gustaba la sensación de sentirla así.

– Entra por favor. – hablo calle con un tono de desesperación en su voz, su mirada llena de deseo y sus mejillas rojas, no podía decirle que no a eso.

Volví a besarla, posicione mi pene en su entrada y lentamente fui entrando. Separamos nuestros labios para gemir de satisfacción, Calle hizo una mueca de dolor pero aún así enredo sus piernas al rededor de mis caderas. Con movimientos lentos empecé a entrar y salir de ella.

– Ahh- Más a-mor más – pidió entre gemidos.

Aceleré mis movimientos, escuchando sus gemidos, sintiendo su humedad, viendo su cara con los ojos entrecerrados, sus mejillas rojas y de su boca saliendo gemidos.

Era una de las imágenes que más me gustaba de ella, y quería seguir viendo esto.

Mis movimientos cada vez se aceleraban más, su gemidos cada vez era más fuertes, sus piernas me empujaban cada vez más hacia adentro. Sus paredes empezaron a apretar mi pena y sabía que vendría su orgasmo, espera sus piernas de mi cadera, las tome en mis manos y quede de rodillas en la cama, abrí sus piernas lo mas que pude y empecé a moverme con frenesí.

Sus gemidos eran cada vez más fuerte, al igual que los míos, sentia mi orgasmo cerca igual, sus paredes cada vez se contraían más.

– Vo-y ... – dos estocadas bastaron para cambiar sus palabras por un gemido fuerte anunciando así la llegada su orgasmo, su cuerpo temblaba mientras yo buscaba mi liberación que llegó con un par de estocadas más, corriéndome como hace mucho no lo hacía. Con fuerza.

Caí encima de ella aún si salir de su interior, nuestros pechos subían y bajaban de forma rápida y trataba de controlar mi respiración.

– Eso... Estuvo maravilloso. – dijo calle dejando pequeños besos en mi frente, tenía una pequeña capa de sudor y aún así no le importa.

– Magnífico. – le dije, levantando un poco mi cabeza y dándole un beso. – No quiero salir de ti, pero se supone que esto era para el final del día, aún nos falta lo que se suponía era nuestra comida.

– El orden de los factores no altera el producto. – dijo, rodé los ojos. – además, no ví que te quejarás.

– No podría quejarme, jamás.

La bese despacio, sin otra intención de por medio, enredo sus manos en mi cuello y siguió el beso.

– No, no, arriba, que se puede emocionar otra vez y no saldremos de aquí hoy. – dije separando nuestros labios y saliendo lentamente de ella, escuché un pequeño gemido y su cara hizo y gesto de molestias. – ¿Duele? – pregunte.

– No, no quería que salieras. – dijo sonriendo, me contagie de su sonrisa haciéndome a un lado para dejarla salir.

– ¿Nos duchamos? – pregunte, giro para verme con una mirada pícara y sonrisa ladina.

– ¿Que paso con la parte de salir de aquí?

– Puede esperar un poco.

Sin más, nos levantamos y nos dirigimos al baño, había una tina, pero perderíamos tiempo al llenarla así que entramos directo a la ducha.

– ¿Agua fría o caliente? – pregunte.

– Es lo de menos – respondió, para luego besarme. Una de sus manos fue directo a mi pene semi erecto y empezó a mover su mano de arriba abajo.

– No hagas eso. – advertí.

– ¿Por que no? – Pregunto con voz inocente pero cargada de deseo.

– Por...

– No hables. – me interrumpió antes de poder decir algo.

Siguió con el movimiento de su manos con suavidad, quise hacer lo mismo pero lo impidió moviendo mi mano de un manotazo.

Sus besos pasaron de mi boca a mi cuello y así fue bajando hasta que quedó de rodillas antes mi.

– Vas a lastimar tus rodillas amor – le dije.

– Calla.

Empezó a repartir besos en mi pene, desde el inicio hasta la punta, yo no podía apartar la vista de ella y de lo que hacía. Su mano seguía masturbando mi pene hasta que abrió su boca metiendo la punta y soltando rápidamente haciendo un pequeño sonido de "plots" subió su mirada y la conecto con la mía y aún si despegar nuestras miradas fue metiendo mi pene en su boca. Entraba y salía, entraba y salía. No paraba de verla, y cada que tenía oportunidad sus ojos llenos de lujuria conectaban con los míos.

Su boca y su mano estaban dándome uno de los mejores placeres.

Sus movimientos era frenéticos y al parecer lo disfrutaba tanto como yo, pero ya no podía aguantar más, sentía mi orgasmo cerca.

– Sal. – le dije

Negó aún con mi pene en su boca y el movimiento hizo que soltará un gemido más. Ignoró lo que le decía y siguió en su trabajo, estaba aguantado.

"Messi, Cristiano, el triángulo de Pascal, Laura comiendo mocos, la ley de Newton, derivadas"  y entre otras tantas cosas más me ayudaban a no acabar tan rápido y no en la boca de Calle.

Soltó mi pene haciendo el mismo sonido que al principio y eso fue suficiente para llamar mi atención, baje la mirada y como si fuese lo que esperaba volvió a introducir mi pene en su boca sin quitarme la mirada e impidiendo que yo lo hiciera. Sus movimientos rápidos y constantes no me ayudaban.

Tome su cabeza intentando separarla pero no lo logré, y ella si logro su cometido, inevitablemente mi orgasmo salió en su boca, yo estaba extasiada, con tanto placer. Al fin soltó mi pene y subió hasta mi.

Abrió su boca dejándome ver mi semen dentro, volvió a cerrarla y trago. Fue la mejor puta imagen que había visto.

_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠__⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠__⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠__⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠__⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_

😳

quédate (Cache g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora