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Pov María José

Llegué a casa de mi padre, saludé a Nana y a Pablo, el chófer de papá. Camine directamente a su despacho di dos toques en la puerta hasta que escuche el pase, al entrar me encontré con papá sentado tras en escritorio viendo al parecer un documento muy importante por qué no despegaba la vista de esto. Mi padre es el hombre más dulce del mundo, después de la muerte de mamá el se dedicó a mi hermana y a mi, cuando llegó Sofía era el hombre más feliz a pesar de estar enojado un poco con Valentina por ser descuidada en ese aspecto, pero ya no hay poder humano que separe a papá de Sofía cuando se ven.

– Hola pa – hablé para que notará mi presencia.

– Hola mi amor, dame un momento que estoy terminando de leer la lista de cosas que Sofía me pidió para su cumpleaños – y ese era el "documento" importante que leía con tanta pasión.

– Papá aún faltan dos meses para eso – sonreí porque el siempre quería resaltar en los regalos de Sofi – necesito hablar contigo de un tema serio pa.

– Siendo así, mi nieta tendrá que esperar un momento para poder dedicarle unos minutos a mi hija – aparto la lista, se sentó recto en su silla y yo tomé asiento en una de las sillas que estabas frente a él. – ¿Que será eso tan importante que mi hija necesita hablar conmigo?

– Papá no sé ni por dónde empezar, venía por todo el camino pensado en que decirte y cuando llegue aquí mi mente quedo en blanco.

– Poche, hija me estás asustando.

– Hoy ví a calle Papá – se sorprendió.– hace un par de días me encontré con Abisambra en una heladería que fui con Vale y Sofi, me ignoro y lo deje pasar, luego en la noche Laura y yo fuimos a un restaurante y también la encontré ahí, en fin. El punto es que, me dió su número y que necesitaba mi ayuda.

–¿Que tiene de malo en que la ayudes? Después de todo es tu amiga hija, y si necesita mi ayuda que también cuente con ello – dijo papá – lo que no entiendo es donde entra Daniela aquí.

– A eso voy pa – aclare mi garganta. – quedé con Abi en ir hoy a primera hora a su casa para hablar de lo que necesitaba y ahí encontré a Calle.

– Ahora entiendo, la ayuda que quiere es para Daniela ¿No? – dijo con un tono de molestia en su voz. – siendo así hija lo siento, no voy a ayudar ni voy a permitir que las ayudes, esa niña inmadura te  rompió el corazón, yo ví todo lo que sufriste cuando ella se fue.

– Papá –lo interrumpí. – escúchame primero, la ayuda en parte si es para Daniela, pero... Papá tengo un hijo,– mi padre se levantó de golpe de su silla y su cara era de sorpresa absoluta.– No lo sabía, Abi me dijo que necesitaban mi ayuda porque – mi voz se empezó a quebrar. – el niño está enfermo, tiene leucemia y necesita un trasplante de médula, ninguno de ellos es compatible y por eso me buscaron a mí.– termine de hablar y mi cara estaba bañada en lágrimas, papá vino abrazarme y me rompí, llore como hace mucho no lo hacía en los brazos reconfortantes de mi padre.

– Hija, no sé que decirte, llora todo lo que quieras mi amor, todo va a estar bien mi niña. – y así fue, llore todo lo que pude hasta que me separé de él y limpie mis lágrimas. – ¿Ya sabes que vas a hacer?

– No tengo idea de que hacer papá, tengo tanto miedo, miedo a que se vaya sin poder conocerlo mejor y que el sepa quién soy. Es hermoso papá, sus ojitos son como los míos y cuando lo abrace me sentí tan bien.

– Te entiendo mi amor, así me sentí yo cuando te ví por primera vez – sonreí – Hija, esto no puede quedarse así, vamos a ayudar al niño, buscaremos los mejores médicos del país y de ser necesario podemos ir a Estados Unidos, tranquila mi amor, todo va a estar bien.

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