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Pov María José

Tengo un hijo, un hijo con Daniela, Daniela el amor de mi vida. Cuando éramos novias soñaba tanto con eso, con formar una familia con ella, casa muchos niños y un perro. Nada de eso paso, tenemos un hijo sí, el que no ví crecer, el que no sabe quién soy.

– Llama a Vanessa, dile que la necesito ya. – le hable a Alan frente a su escritorio.

Sin esperar respuesta ingresé a mi oficina con Laura atrás de mi, quien hasta ahora no había dicho nada. Fui directo a la mesa de licores y me serví un trago de whisky.

–¿Has pensado bien las cosas? – pregunto Laura tomando asiento frente a mi escritorio.– ¿Crees que es buena idea llamar a tu abogada en vez de buscar como ayudar al niño? – Al parecer estaba enojada.– Es un niño poché, un niño que ha vivido toda su vida con su madre y tu llegas de la nada y quieres pelar su custodia, está enfermo poche –dijo tangente.– deberías preocuparte más por eso.

– Por esa misma razón quiero hacer esto.

– ¿Que ganas? Separar a un niño de la persona que conoce en toda su corta vida, llevarlo contigo, una persona que no conoce.

– Te estás adelantando Laura, es un proceso, y en ese proceso nos podemos conocer y si me dan la custodia ya no sería una extraña para él, soy su madre, tengo el mismo derecho que tiene Calle.– respire profundo para controlarme. – No voy a desistir, es mi hijo y voy a tenerlo conmigo.

– Para tenerlo contigo tienes que salvarlo, en vez de estar aquí esperando a la idiota de Vanessa deberías de ir al hospital, hacerte los análisis o buscar un donante en caso de que no seas compatible, comportate como una persona madura.

– Deja de meterte en mi vida Laura. – la oficina quedó en un silencio pesado hasta que Laura se levantó, sabía que la había cagado al decir eso.–

– Si eso es lo que quieres, así será. No volveré a decirte nada hasta que no quites esa actitud idiota que tienes. – camino a la salida, en la puerta giro para verme. – si vas a usar los servicios extras de la estúpida recuerda que tienes un hijo que está en el hospital – salió sin dejarme decirle nada.

– Cómo si pudiera olvidar eso.

Servi otro trago de whisky, me senté en mi silla y gire para ver por el ventanal, pase de quejarme por estar sola a tener un hijo. Dios, ya no sé cuántas veces esa palabra ha salido de mi desde que me enteré.

– Alan iba a anunciarme – hablaron desde la puerta.– Pero le dije que no era necesario, tu me mandaste a llamar.

–Igual debiste de tocar antes de entrar.

–¿Salgo y vuelvo a entrar? – Pregunto con esa sonrisa pícara.

–No seas tonta, ven y sientate.

– ¿En la silla o en tus piernas? –Y su modo seducción se activo.

– Vane, es serio lo que quiero hablar contigo.

–Oh bueno, en ese caso soy toda oídos, después si quieres toda tuya.– sonrió.– Pero al caso, ¿Que es lo que necesitas de mí?

–Ya no sé cuánto he dicho esto en mi cabeza hoy pero... Tengo un hijo.– ví como su cara paso a sorpresa.– su madre, mi ex novia nunca me dijo de su existencia, me enteré hoy, el caso es que quiero su custodia.

–Bueno aparte de su custodia, también podemos demandar a la madre.

–No, no, no quiero demandar a nadie, solo quiero la custodia, que el niño tenga mi apellido y hacer todo legal.

–Ok, será como tú digas. Enviame la información por correo.– Se levantó y tomo su bolsa dirigiéndose a la puerta.

–¿Te vas ya?

– Dijiste que era importante.

– Ya hablamos de lo importante, y creo tener mucho estrés – camino acercándose a mi

Separe un poco la silla del escritorio para darle e espacio, se inclino para besarme, seguí su beso tomo asiento en mis piernas y las cosas abajo empezaba a reaccionar, estábamos un un beso apasionado, fuerte y nuestras lenguas batallando.

– Poché necesito el número de Abi. – entro Laura como si nada pasara, me separé de Vanessa quien se quedó en mis piernas.

– Si no te das cuenta Laurita estamos ocupadas por aquí. – hablo Vanessa.

–el tema legal ya lo hablaron y creo que comerse la boca como lo estaban haciendo no era algo importante.

– Muy importante la verdad – dijo Vanessa desafiando a Laura con la mirada.

– Bueno ya – hablé – Vanessa retire, te escribiré luego y te enviaré todo al correo cuando lo tenga. – ella tomo su bolsa y paso por al lado de Laura empujando su hombro y salió.

– No la soporto, no sé que le ves.

– No es lo que le veo Laura, tengo necesidades.

– Idiota es lo que eres – dijo – que tenga una polla no quiere decir que te comporte como un hombre tarado y machista, te recuerdo que el resto de tu cuerpo es de mujer. En fin, no quiero discutir por esta idiotez, dame el número de Abi, así te dejo con tus "necesidades".

–¿Para que quieres el número de Abi?

– Es claro, no voy a meterme en tu vida pero en la de mi sobrino si, quiero saber cómo está y no quiero molestarte a tí.– suspiré.

– Laura lo siento ¿Si? Estoy con la cabeza en todas partes, no sé que pesar. – mi voz se quebró un poco. – Joder que tengo un hijo Lala, y está enfermo.

– Eso lo se poche, pero ya te dije, no haces nada aquí, tampoco ganas nada con pelear su custodia. Ve, conócelo, que te conozca, dale amor. Si lo separas de su madre no creo que vaya a adorarte, todo lo contrario. Piensa bien las cosas.

– Tienes razón, pero no sabes lo que siento, estoy tan enojada, pero tan feliz, también triste.– una lágrima todo por mi mejilla– Tengo miedo de que ahora que se de él se vaya.

– Es lo que te digo bebé ¿Que haces aquí? Ve al hospital, busca a su doctor de cabecera, pregunta por su estado.– Paso sus dedos por mis mejillas quitando mis lágrimas.– Aquí con la zorra esa no harás nada productivo.– sonreí.

– Te quiero Lau, gracias por estar conmigo.–La abrace

– De haber sabido que tener un hijo te iba a poner así de sentimental y amorosa te fuese dado yo uno hace rato.– Solté un carcajada.

– Ni loca.

Laura después de un rato salió de mi oficina y yo trabajé un poco, le escribí a Abi para que me diera información del hospital, quedé con ella en ir al siguiente día en la mañana ya que era tarde y lo más probable es que no me dejarán subir a la habitación del niño.

Para cuando salí de la oficina serían las nueve de la noche, tomé la decisión de ir a casa de mi padre y así hablar con él.

quédate (Cache g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora