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Pov María José

Estaba en mi oficina poniendo todo en orden por el fin de semana ya que por la tarde me iría con Calle y nuestro hijo a una cabaña a las afueras de la ciudad.

Revisaba el contrato que aún no había sido firmando por el próximo cliente, cuando el timbre de mi móvil interrumpió el silencio y mi concentración.

~llamada~

– ¿Bueno? – no hubo respuesta, despegue el móvil de mi para mirar la pantalla y me fijé que era Valentina.– Vale ¿Que pasa? – escuche un leve sollozo y me asusté.

– No-no soy mamá – escuche decir a Sofía.

– Sofi, cariño ¿Porque estás llorando? ¿Que pasa?

– Tú ya no me quieres desde que tienes a tu hijo. – dijo ella, con la voz entrecortada.

– Eso no es cierto princesa, yo te sigo queriendo y cada día te quiero más.

– Es mentira, porque desde que estás con él no vienes a verme, no me llevas al Cole y tampoco al parque por helado. – Lo pensé y era cierto, todo mi tiempo libre lo había dedicado a mi hijo.

– Tienes razón cariño, pero no por eso te dejo de querer, es solo que... – No sabía que decirle.– Mira, es complicado ¿Vale? Intento recuperar tiempo con él.

–¿Olvidandote de mi? – pregunto aún llorando.

– No, por supuesto que no, jamás me voy a olvidar de ti mi amor. – suspiré.

– Entonces, ¿Puedo quedarme contigo hoy y pasar todo el fin de semana como antes? – cerré los ojos e incline mi cabeza hacia atrás.

– No podemos este fin de semana cariño.

– Vale.– escuche un suspiro de cansancio.

– Oye Sofi. – hable antes de que decidirá colgar la llamada. – iré con José Ángel y su madre a la cabaña que te gusta ir ¿Quieres venir con nosotros?

– ¿ En serio? – dijo y su voz sonó tan ilusionada que me hizo sonreir.

– Sí princesa, dile a tu madre que prepare tus cosas y nos quedaremos todo el fin de semana y haremos cosas divertidas ¿Vale?

– Sí tía Poche, ya le digo a mamá te quiero adiós.– sin darme tiempo de responder colgó.

~fin de llamada~

No me había gustado para nada el tono de voz de mi sobrina al principio de la llamada y haría cualquier cosa para evitarlo, era cierto lo que decía pero iba a remediarlo en dividir mi tiempo con las dos mini personas más importantes para mi.

Llegada la tarde me puse de pie y apagado todo artefacto electrónico de mi oficina dejando solo una lámpara encendida, me dirigí a la salida y ya estando fuera de esta introduje la clave a la puerta de mi oficina.

– ¿Ya te vas?– preguntó Abi.

– Sí, iré por Sofía primero que se apuntó al paseo y luego buscaré a Calle.

– Me los cuidas. – me dijo apuntandome con su dedo índice y una mirada desafiante.

– No tienes por qué preocuparte. – respondí. – Si quieres ve a casa, si no estoy no hace falta que estés aquí.

– Si tanto insistes.– dijo apagando su computador rápidamente y yo reí.

– De hecho no insistí nada.

quédate (Cache g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora