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Eddie y yo, coincidimos en el pasillo principal esta mañana, siendo transitado por una gran cantidad de estudiantes, logramos escabullirnos entre la multitud.
—Hola, ¿te dijeron algo? —gesticuló con los labios. Realmente lo disimuló muy bien.
—No, afortunadamente no pasó a mayores —susurré, enfocándome al frente.
—Deberíamos cambiar de sitio.
—Lo se, ayer me regresé triste a mi casa, quería verte.
—Estúpido anciano calvo.
—Calma, Eddie, nosotros invadimos su área —solté una pequeña risita, avergonzada. Eddie se había cruzado de brazos mirando al frente.
—Hmm ¿el fin de semana que harás?
—Creo que iremos a cenar con los Carver, esta vez les tocará a ellos poner la mesa.
—A.
—Sabes que no tengo opción más que seguirles el juego a mis padres —suspiré dedicándole una rápida mirada.
—Ya que —se restó de hombros.
—Cada vez faltan pocos meses para mi plan.
—¿Que plan?
Me detuve, dejando que los estudiantes nos pasaran, uno que otro había notado que conversaba con él, sin embargo no les importó y siguieron con lo suyo.
—Este no es un buen lugar para decírtelo, además no terminaría ahorita. Es una locura —miré por encima de mi hombro, Andy se dirigía en nuestra dirección acompañado de las porristas del equipo—. Te veré luego—añadí en un tono preocupante, acelerando mis pisadas, dejándolo atrás.
Mierda
⚂ ⚂ ⚂
La entrenadora nos felicitó porque la coreografía había sido todo un éxito. Además, logramos terminarla antes del lunes, que sería el gran día del torneo. Nos abrazamos como el gran equipo de animadoras que somos, después recogimos nuestros pompones y nos retiramos del área. Chrissy no dejaba de sostener mi brazo, estaba feliz, muy emocionada, porque nos ahorraríamos los ensayos del fin de semana.
Creo que puedo hacer un espacio en mi agenda y aceptar la salida con Eddie. Tendré que avisarle ahora que lo vea en nuestro sitio.
—¿Entonces casi los descubren ayer? —preguntó, sacándome de mis pensamientos.
—Si, ahora déjame platicarte todo a detalle —carraspeé mi garganta y le conté desde la madrugada que Eddie subió hasta mi ventana. Me salté la parte en la que torpemente me daba amor, pero si le conté lo que sucedió entre nosotros y la rubia no pudo evitar saltar de la emoción.
