[37] ¿Hasta pronto?

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Volvimos a vestirnos, Eddie empacó sus cosas, incluso alcanzó a desprender algunos posters para pegarlos en la nueva pared de su futura habitación

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Volvimos a vestirnos, Eddie empacó sus cosas, incluso alcanzó a desprender algunos posters para pegarlos en la nueva pared de su futura habitación. Contó sus ahorros y no pudo creer la cantidad de dinero que había juntado en tan solo pocos meses. Salimos de la habitación para ir con Steve a recoger las pruebas y llevarlas a la comisaría antes de partir.

Nos detuvimos en la sala para tomar mi maleta y subirla al vehículo. Yo no dejaba de caminar como bambi y él no dejaba de reírse por lo bajo, hasta que Wayne salió de la cocina sosteniendo una taza de café. El olor era sumamente agradable.

—Tío, que bueno que lo encuentro despierto —Eddie sonrío amplio. Disimulando que me acomodó el útero minutos antes.

—No pude dormir, soñé que taladraban la casa, hijo —dio un soplido a la taza de café.

Me sonrojé, ahogándome con mi propia saliva. Eddie se giró para preguntarme si estaba bien y ahora fue el turno de Wayne en soltar una pequeña risa.

—Al rato se me olvidará—bebió—ya estoy viejo, no se preocupen.

—Ojalá y así sea —murmuró mi chico apenado.

Entonces recordé la conversación que tuve con él, sobre convencer a su tío para que viniera con nosotros. No queríamos dejarlo solo en este pueblo.

—Señor Wayne, queremos hablar con usted.

—¿Si? los escucho jovencitos —tomó asiento en el sofá individual colocando la taza encima de una mesa.

Eddie me miró, asentí con la cabeza invitándolo a proseguir la conversación.

—¿Recuerdas la charla que tuvimos hace semanas? —Eddie entrelazó nuestras manos mientras nos acercábamos a él—. Hoy es ese día.

Wayne permaneció en silencio algunos segundos, desviando la mirada a sus manos que se mantenían extendidas sobre su regazo, después volvió a nosotros con una sonrisa triste.

—Les deseo todo lo mejor del mundo, estoy seguro que ambos llegarán muy lejos —se enfocó en su sobrino—. Serás un gran guitarrista reconocido, muchacho y eso me consta —después me miró a mi—.  Y tú, ni se diga. Serás una mujer exitosa, porque ya lo reflejas hija mía.

—Sabes que puedes venir con nosotros, tío —su voz sonó entrecortada.

—Usted no puede quedarse aquí solito. Iremos a una ciudad extensa, habrán grandes oportunidades de trabajo, mucho mejores que las de aquí. Señor Wayne, Eddie lo necesita.

—Ya hice mi vida aquí. En Hawkins crecí, y en Hawkins moriré —suspiró levantándose del mueble—. En cambio, ustedes tienen una vida por delante, no la desaprovechen por mi. Estoy viejo, no quiero ser una carga para ambos —Eddie intentó interrumpirlo pero Wayne fue más rápido que él—. Mi decisión está tomada, lo siento hijo.

𝐑𝐨𝐜𝐤𝐞𝐭 𝐪𝐮𝐞𝐞𝐧 ~𝘌𝘥𝘥𝘪𝘦 𝘔𝘶𝘯𝘴𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora