¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Este capítulo está cargado de escenas sucias. 🔞
Subí a mi habitación, enojada con él y con la vida que me tocó. Aunque no podía quejarme del todo, apenas estaba empezando a descubrir el mundo y dentro de poco iniciaría con una nueva vida. Un nuevo comienzo.
Me dirigí al closet, buscando una pijama corta con estampado de gatitos, después fui a cepillarme los dientes y finalmente me acosté en la cama envolviéndome entre las sábanas. Cerré mis ojos y recordé las manos de Eddie alzando mi falda, deslizándolas entre mis muslos poco a poco hasta presionarme el trasero con los dedos.
—Oh por Dios~ —me cubrí el rostro con una almohada, además de sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, sentía vergüenza.
Entonces se me ocurrió el brillante plan de terminar lo que iniciamos esta mañana. Solamente así podría concebir un profundo sueño y borrar el mal sabor de boca que me dejó el idiota de mi ex.
¿Qué podría salir peor? si estoy en confianza conmigo misma.
Respiré lo más hondo que pude y exhalé al momento de retirarme la almohada del rostro. Deslicé con delicadeza mis manos por debajo de la blusa, trazando la circunferencia de mis senos, estimulando mis pezones con los dedos. Mordí mi labio inferior soltando un profundo jadeo que me hizo arquearme. Bajé las puntas de los dedos, desde las costillas, recorriendo mi cintura y mi piel ya estaba erizada. Abrí mis ojos centrándome en mis manitas tomar el elástico de las prendas. ¿Y si lo hago por encima de la ropa? no, no será lo mismo. No se sentirá igual. Lamí mis labios al momento de introducir una de mis manos hasta mi centro, empezando a frotarme en círculos con tres dedos.
Se siente tan bien, hace mucho tiempo que no lo hacía.
Con la otra de mis manos, seguía estimulando mis pechos mientras que con la otra no dejaba de frotarme en círculos aumentando la velocidad de los movimientos, estaba tan escurrida que empecé a introducir uno de mis dedos, ingresándolo con facilidad dentro de mi interior. Ahogué unos cuantos gemidos, al recibir mis auto embestidas, clavando otro dedo en mi interior, imaginando que se trataba del odioso chico que no me gustaba para nada. No, Jason. Si, no, Eddie.
Porque somos tan opuestos que terminaríamos con calvicie extrema si viviéramos juntos, ambos seríamos un desastre.
Un bendito desastre...
Separé mis piernas para darle más acceso a mis dedos, agradecí tener las uñas cortas o si no estuviera de lo más sadomasoquista conmigo misma. Nuevamente saqué mis dedos, empezando a frotarme por segunda ocasión y volver a introducirlos con mas dureza, necesitaba llegar al orgasmo con extremidad.
—Maldición~ —el sudor se había apoderado de mi frente, entonces decidí descubrirme el rostro para tomar una exasperante respiración, arqueándome un poco y admirando la luz nocturna por la ventana.
