¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🔞⚠️Léelo bajo tu propio riesgo, o espera el siguiente⚠️🔞
Abrí los ojos con pesadez, la cabeza aún me dolía y mi visión seguía sin aclararse. Noté que estaba acostada en una cama, reaccioné e inmediatamente me levanté para salir corriendo. Donde sea que me encontraba, necesitaba huir.
Salí de la habitación y entonces reconocí el lugar, se trataba del antiguo restaurante de Benny, muy conocido y popular en su momento siendo las mejores hamburguesas de todo el pueblo, hasta que asesinaron al hombre y por miedo, jamás volvieron abrirlo. Ahora era territorio de los tigres.
—Al fin despertaste, dormilona —Jason se burló al verme flaquear en el pasillo, él se encontraba sentado frente a una mesa adornada con pétalos de rosas rojas y velas aromáticas— Ven, siéntate conmigo.
—¡Vete a la mierda! —grité con todo el desprecio que salió de mi interior, sentía la garganta seca, además estaba empezando a hiperventilar por el temor de verlo ahí, sonriendo como un maldito psicópata.
Jason se levantó del asiento, haciendo que la silla de madera se estampara contra la pared, tomando un cuchillo y apuntándome conforme se acercaba a mi.
—Baby... no me hagas hacer algo de lo que termine arrepintiéndome más tarde —me hizo retroceder hasta que choqué contra el umbral de la puerta—. Hoy es nuestro día, por favor, no lo arruines mas ____.
—¡Eres un maldito enfermo! —acercó el filo del cuchillo a mi garganta, pero tenía más valor que miedo para enfrentarlo, y por ese motivo no iba a quedarme callada—Si vas a matarme, hazlo ya, pero no sigas torturándome con esto —cerré los ojos dejando escapar algunas lágrimas con rabia—. Porque mi amor por ti se esfumó desde hace tiempo, y nunca volveré a ser tuya.
Con el pecho subiendo y bajando esperé que me degollara la garganta, no iba abrir los ojos, no tendría como último recuerdo el reflejo de Jason asesinandome con un arma blanca. Pero él empezó a reír a carcajadas retirando el cuchillo de mi piel, y dejarlo caer al suelo.
—¿Quién dice que quiero matarte? —apresó mi mandíbula— si muerta no me servirás para nada —enseguida sentí el roce de su lengua recorrer mi comisura derecha—. Yo gané.
—No... —exclamé temblorosa, intentando apartarlo de mi cuerpo.
—Si —se acercó a mi oído—¿sabes por que gané? —susurró—. Porque esta vez no hay forma de que vuelvas a engañarme con el maldito friki. Dónde lo hagas, yo mismo lo mataré con esta pistola —sacó un arma detrás de su pantalón y la rozó al rededor de mi mejilla, inmovilizándome—. No me importa si paso una eternidad tras las rejas, al menos me iré a la cárcel con la satisfacción de que acabé con su vida. Y tú, tú vivirás con la maldita culpa, todo el maldito tiempo —sonrío con burla mostrando sus dientes.
—Eres...un...un monstruo —titubeé con el pánico sembrado en mi pecho.
—___, tú te has vuelto mi creadora, desde que cruzaste la línea y te acostaste con mi enemigo—exclamó entre dientes—. No lo esperé de ti, jamás llegué a imaginarlo, creí que lo odiarías como yo—volvió a guardar el arma, para poder sujetarme las muñecas con ambas manos— pero me equivoqué, baby, desde que me dijeron que habías dormido en su cama —suspiró para plantar un beso en mi mejilla—. Aún así...te sigo amando aunque no lo merezcas, por eso seguirás siendo mía.