Se levantó incómoda de la cama, caminando al baño con cierta rapidez hasta levantar la tapa del inodoro y agacharse a vomitar las molestas arcadas con las que despertó, aunque por suerte solo era algo de saliva, así que bajó la palanca y fue a lavarse los dientes con pesadez.
Tomó la camisa obsequiada por el de rubíes y se la abotonó para salir a desayunar, aunque oyó múltiples pasos en los pasillos cercanos y debió quitarse el chal de los hombros para rodearlo en su cintura cubriendo mejor parte de sus piernas para no pasar algún mal rato. Incluso si ya habían pasado semanas desde la reunión en donde estuvo rodeada de los altos mandos genocidas e invasores, jamás se acostumbraría a todas esas presencias.
—¿Despierta tan temprano? –La voz de Reich saliendo del pasillo principal que conectaba a la cocina atrajo la atención de la bicolor que se ocultaba tras uno de ellos muros observando a los soldados de la Waffen—.
—¿Por qué hay tanta gente hoy? –Susurró la albina ahora mirándolo incómoda, tanto uniformado le causaba repelús y lo detestaba absolutamente—.
—...Rompí el Ribbentrop-Molotov, vamos a invadir la Unión Soviética. –Dijo cambiando de tono a uno algo más serio pero manteniendo la neutralidad en su rostro– Adolf me quiere con los de inteligencia así que me a instalarme en la frontera que tenemos con ellos en tu territorio.
—¿Ese… tratado de no agresión del que hablaste antes?.. –Ella quiso asegurarse de que había entendido bien, cuando recibió la afirmación tragó en seco comenzando a mover su diestra sobre su otro brazo como signo de estrés– Los rusos son…
—Los comunistas son solo salvajes mal organizados y patéticamente equipados, los aplastaremos como a Francia y a los nórdicos –Con sobre confianza el de esvástica arregló su uniforme perfectamente planchado y miró hacia a puerta principal a cierta distancia, todas las cajas estaban dentro del camión– Es momento de irme, llamaré cuando tenga oportunidad, ya sabes..
—.....Ten cuidado.. –Olesia lo miró con ojos de angustia, recibiendo una caricia en la mejilla y un beso corto en los labios, viéndolo alejarse por el pasillo hasta desaparecer tras la puerta que se cerró una vez estuvo fuera—.
Si bien tenía de los nazis, también de los comunistas por todos los rumores en hostias que se fueron propagando durante la invasión, ya casi se cumplía un año desde que dejó de ser humana y que su territorio fue dominado por completo sin que intentara hacer algo. Incluso si sentía lástima por la situación, nada podía hacer ella contra el ejército que los superó diez a uno incluso en su mejor momento al inicio de la guerra, por lo que mejor les iría si obedecían el nuevo sistema que les tocó… sin revueltas no habrían más víctimas masivas.
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Tres meses después el azabache recibió el permiso para volver a casa a tomarse un corto descanso de días, ni siquiera había podido dormir bien o llamar más de una sola vez a la polaca debido a la constante existencia de armar las rutas y planes de las operaciones para capturar líneas de los trenes de carga Soviéticos y sus convoyes de munición a los que bombardearon con Stukas.
Se limitó a sentir a los saludos del personal en la entrada y dejó la maleta a un lado para que se encargaran de sus cosas, caminando por fin tranquilo pensando en encontrar a la menor aún durmiendo debido a lo temprano que era, pero sorpresivamente esta estaba sentada en la sala de estar cubierta por una sábana sobre sus hombros recibiendo fruta tropical del plato que sostenía Rózsi.
—Bienvenido Herr Reich, con permiso.. –La de uniforme de servicio hizo una corta reverencia y los dejó solos con visible tensión que quedó en el silencio del ambiente—.
—......¿Pasó algo? –Decidió acercarse el más alto quitándose el sombrero para dejarlo a un lado, a simple vista ella estaba ojerosa, inexpresiva y extraña– Si alguien te hizo daño dímelo ahora y le arrancaré la cabeza.
—....Reich.. –La bicolor giró la cabeza para mirarlo, sus ojos rápidamente se irritaron comenzando a bajar lágrimas por sus mejillas, moviendo su diestra para quitarse un lado de la sábana de encima dejando ver su cuerpo—.
Los pliegues del camisón ligero que llevaba se curvaban en su vientre pronunciado que resaltaba trayendo amargos recuerdos para ambos, que helaron al fascista.
—¿Nosotros…? –Por alguna razón preguntó si le pertenecía aunque no dudase de la menor, solo que su cerebro lo estaba procesando con lentitud– ¿Sabes cuánto tiempo tiene?..
—Vomité la mañana que te fuiste, no sabía… –La información dada por ella les facilitó calcular el tiempo de gestación que llevaba nuevamente, algo avanzado pero aún en el trimestre más riesgoso y más luego de ello ocurrido– No sé qué voy a hacer..
—Vamos a cuidarlo. –El azabache soltó sin pensarlo, con la vista aún puesta en el vientre que lo hacía rememorar a cuando aún era Blas entre ellos– Mandaré a todos los guardias a la mansión principal y vamos a llamar al doctor para que te revise.
—¿Aún.. estás seguro? –Había amado a su primer bebé, pero ahora estaba aterrada y casi no se había movido de la habitación o el sofá temiendo sentir que sangraba otra vez—.
—Es nuestro hijo, lo que pasó con Blas no se repetirá nunca más, te lo juro… –Tras quitarse los guantes, lentamente colocó su diestra sobre el vientre de su esposa, sentía una extraña energía mezclada pero la de ella también estaba algo inestable a causa de sus emociones así que se sentó a su lado para hacerla apoyarse en su pecho– …¿Ya comiste duraznos con crema?
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Augen Himmel (T.R × Reader)
FanfictionPara conservar la soberanía, los espíritus de cada nación pasan de humano en humano mientras el territorio sea libre, cuando el último Polonia cayó en manos del fascismo... La tierra la eligió para portar sus colores, convirtiéndola así por desgraci...