Olesia esperó sentada en el sofá abrazándose a un cojín, había estado practicanda mantener su apariencia humano mientras leía un poco de los libros que le dió el de esvástica para que mejorase su alemán pues eventualmente esos humanos volverían y tendría necesariamente que hablar con ellos sobre alguna cosa y debía evitar que distingan su acento porque estaría en muchos problemas a los que lo arrastraría a él.
—Buenas tardes, ¿Desea que pida algo de la cocina para usted? –La voz formal de un hombre se oyó tras el sofá haciendo girar a la más baja, uno de los soldados con apariencia tranquila se había acercado—.
La albina tragó en seco sin saber qué responder, no le agradaban los soldados y además su acento seguía siendo muy marcado por lo que este podría darse cuenta.
—Oh siento no haberme presentado previamente, soy el SS-Untersturmführer Lorenz Graf, estoy a cargo de la inspección interna de la propiedad –Habló nuevamente el rubio con una sonrisa pequeña colocándose el sombrero de su uniforme negro tras habérselo quitado un momento en medio de su presentación—.
—Soy… Blau.. Keller –Esta trató de vocalizar con la misma seguridad con la que hablaría una alemana sin nada que esconder, aún así su respiración estaba un poco agitada—.
—Un placer señorita Keller, también estoy para servirle.. –Él hizo una corta reverencia de cabeza y luego se marchó tranquilamente de vuelta a su puesto en el pasillo de la oficina del carmesí—.
La de ojos azules se encogió abrazando su cojín aún mirando hacia el pasillo, acto seguido tomó sus libros y salió con prisa hacia su habitación para sentirse más segura allí donde se acomodó en la alfombra acostándose de lado para volver a leer hasta que volviera el fascista, aunque acabó quedándose dormida.
. . .
—Gasté dinero en esta cama y tú prefieres dormir en el suelo.. –Reich bufó alzándola en brazos cual princesa, apenas había ido a la habitación extrañado de no haber sido recibido en la entrada y se la encontró dormida bien acurrucada entre los libros—.
—Amo, bienvenido.. –Bostezó la bicolor apoyándose en su hombro momentáneamente hasta que el mayor la dejó sobre la cama destendida—.
—Acomódate, estoy agotado de oír a esos idiotas todo el día –Este se acostó sobre su hombro derecho con la joven dándole la espalda por lo que la tomó de la cadera para apegarla totalmente a su cuerpo apoyando el mentón en la cabeza ajena– ……¿Vomitaste hoy?..
—No, estuve estudiando lo que me dejó, me esforcé.. –Olesia se encogió abrazándose a la mano ajena que sentía fría debido al clima afuera, pero llegaba a agradarle por la diferencia de temperaturas—.
—Buena chica Blau –Le dió un par de caricias en la cintura antes de acercarse a su cuello dejando pequeños besos, deslizando la mano hacia la entrepierna ajena para comenzar a acariciar con los dedos robándole un jadeo– Shhh…
Fue colándose bajo su camisón haciendo a un lado la ropa interior que llevaba, introduciendo primero un dedo que movió en círculos para seguir con el segundo con el que ya simuló embestidas las cuales ya por instinto la polaca movió la cadera generándole una sonrisa ladina al azabache que volvió a besarle el cuello.
—Mhf.. y pensar que antes chillabas, mira cuánto te gustan mis dedos, ¿Los quieres más adentro?... –Murmuró al cuello ajeno finalizando con una succión para dejar una marca rojiza que adornara su piel—.
—Amo, S-Si.. –La albina se derritió entre sus brazos jadeando ya sonrojada, luego sintiendo cómo los grandes dedos ajenos entraban más profundo– Ah!..
—Despacio, esto es solo un premio por esforzarte leyendo hoy –Últimamente se había visto atraído por acariciarla para observar sus reacciones, sobre todo en lo sexual– Carajo… si me gimes así solo harás que te folle justo ahora..
—Se.. siente muy bien… –Ella le dijo con voz melosa cegada por la excitación que le producían los toques del mayor—.
—Estás bastante mojada, maldición.. –Resopló el de rubíes retirando su mano para desatar su cinturón y hacer lo necesario para liberar su miembro que comenzaba a endurecer incómodo, colocándolo en medio de los muslos de la polaca para comenzar a frotarse– Ese.. puto doctor dijo que ya no podemos follar, odio eso… tu trasero se me antoja demasiado.
Dritte se dedicó a frotarse contra la vagina de la más baja que sin notarlo se apegó más a él a la par en que juntaba más sus piernas dándole una mejor sensación al otro, que en respuesta le jadeó ronco levantando las manos hacia sus pechos para amasarlos por sobre el camisón, hasta que se tomó un momento para hacerla girar el cuello y así poder devorar con ansia sus delicados labios. Entre sí apretaron y frotaron a gusto del otro hasta llegar al clímax únicamente con eso, quedando jadeantes para normalizar sus respiraciones, Olesia se hizo ovillo recostándose en su hombro buscando cobijo a lo que él lentamente la rodeó con su brazo derecho acunándola en un suspiro.
—Blau… –El de esvástica le acarició el cabello hundiendo sus dedos con cuidado, con la mejilla apoyada en la coronilla de esta al haber quedado en esa posición—.
—¿Mm?.. –Haciendo un sonido soñoliento de estarlo escuchando, aunque también distraída con los latidos del corazón ajeno que iba a un ritmo que se le hacía cómodo—.
—Me….. ya no te me haces tan molesta. –Murmuró incómodo desviando la mirada hacia la cortina sintiéndose como un estúpido, en parte su boca había hablado por sí sola sin pensar bien si realmente quería revelar eso– Tienes media hora para dormir antes de la cena, ni un minuto más.
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Augen Himmel (T.R × Reader)
أدب الهواةPara conservar la soberanía, los espíritus de cada nación pasan de humano en humano mientras el territorio sea libre, cuando el último Polonia cayó en manos del fascismo... La tierra la eligió para portar sus colores, convirtiéndola así por desgraci...