Los gemidos y jadeos de la bicolor se oían por toda la habitación al igual que los gruñidos del azabache que tenía una sonrisa lujuriosa tatuada en la cara.
—Mierda, mira cuánto te encanta montar, quién lo diría –Reich resopló por la nariz observando cómo esta no dejaba de dar brincos moviendo la cadera y haciendo por inercia rebotar ese par de pechos que siempre lo tenían como un perro atento a un filete—.
—Ahh, se siente.. tan bien, ahí… –La albina con expresión de estar cerca al orgasmo siguió moviéndose sintiendo su interior expandirse y amoldándose al grueso pene del alemán que la tenía bien agarrada de las caderas para llegar hasta el fondo—.
En medio de sus movimientos la sensación de ser llenada la hizo erizarse y gemir bajo pero con claridad inclinándose sobre el pecho ajeno, pero él no se detuvo y siguió follándola al mismo ritmo.
—Te voy a comer entera y luego vas a ir a presumirle mis mordidas a esa estúpida perra –Rió ronco él hasta que ella dejó de apretar al calmarse el clímax al que llegó, pero no estaba satisfecho con eso aún así que la hizo quedar con el pecho contra la cama y la hizo levantar el trasero– Ahora llegó mi turno de montar..
Ni siquiera se tomó la molestia sé dejar su interior así que todo su semen quedó ahí solo logrando escapar en delgados hilos entre los muslos de Olesia que se apoyaba lo mejor que podía sobre sus codos para no aplastar su rostro sobre la almohada, el rubíes lamía y dejaba marcas en su espalda como si fuesen un sendero que solo él podía recorrer, le apretaba el trasero dejando la silueta de sus grandes manos y resoplaba orgulloso de poseer a tal ejemplar de mujer.
La cual babeaba por la sobre estimulación en su cuerpo y el cansancio de la exigencia de más posiciones que estaban haciendo.
—Oh no no no, vamos preciosa, aún falta que se nos complazcamos bien –El mayor la tomó del cabello con algo de rudeza y aumentó la de sus movimientos llevando a generar un ruido muy bueno por sus pieles chocando– Eso es, me encantas cuando haces caso rápido.
Se detuvo un momento para besarla, lento y mordiéndole un poco el labio acabando en una mirada profunda que compartieron, continuando en retomar la velocidad anterior junto con los gemidos ahogados y los chillidos agudos mezclados con jadeos roncos. Con el tiempo la fuerza en los movimientos fueron bajando gradualmente hasta una última estocada ruda donde el azabache volvió a correrse, observando atento como al dejar el interior ajeno también el espeso líquido seminal bajaba hasta hacer un pequeño charco entre las sábanas.
—Mgh, es.. mucho… –Murmuró ella también observando, tenían las mejillas coloradas por el cansancio y algunas lágrimas sobre estas pero no precisamente por algún tipo de dolor—.
—Hm, la misma proporción en la que me calientas con esos celos tuyos –Tomando el borde de la sábana comenzó a aplastar con cuidado el cuerpo de la más baja con la otra mano para que terminara de vaciarse, distrayéndose en limpiarla lo suficientemente bien mientras acariciaba hasta que quedó conforme– Vístete, esto será jodido en la mañana y quiero mi propia cama.
Este también se levantó de la cama enrollando la sábana sucia para luego echarla a la basura del baño donde también se limpió en lo que la polaca se vestía, cuando también estuvo listo sacó una gabardina ligera del clóset y se la puso sobre los hombros tras acariciarle el trasero con cierto cariño, aún estaba ebrio pero irónicamente el alcohol lo ayudaba a soltarse.
• • •
Apenas llegaron a la mansión fueron despertados por el chófer, gruñeron bajo al unísono saliendo del auto entre bostezos ignorando el sol saliente entre las nubes, fueron directamente a la habitación donde dejaron sus prendas nuevamente al suelo y se acostaron simplemente en ropa interior debido al calor que causaba la desintoxicación del alcohol en su sangre a pesar de ya no ser humanos.
Durmieron profundamente durante horas hasta que despertaron hambrientos casi pasado el almuerzo, saliendo con la ropa más simple que recogieron del clóset sin importarles una mierda debido al gran hambre que tenían, sentándose a la mesa a devorar la ensalada de patatas con crema agria y pollo horneado como si fuese la última comida de sus vidas.
A pesar de haber estado en la reunión ayer el carmesí contra su voluntad debió ir a la oficina para seguir el papeleo, Olesia por su lado volvió a la habitación a dormir en el centro de la cama a su antojo durante ese tiempo pues estaba más agotada que el mayor que comía caramelos para mantenerse activo mientras firmaba algunas cosas maldiciendo interiormente sin recordar bien cómo llegaron a la mansión.
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Augen Himmel (T.R × Reader)
FanfictionPara conservar la soberanía, los espíritus de cada nación pasan de humano en humano mientras el territorio sea libre, cuando el último Polonia cayó en manos del fascismo... La tierra la eligió para portar sus colores, convirtiéndola así por desgraci...