La bicolor tensa intentó aguantar la sensación de sobre llenura en su boca, temblando para ignorar el reflejo de arcadas temiendo que fuese castigada o peor si llegaba a vomitar.
—Abre más la boca, sé que puedes tragarlo mejor –Para esas alturas el de rubíes jadeaba moviendo la cadera aún sosteniendo la cabeza de la joven que tenía los ojos fuertemente cerrados, por lo que salió despacio sintiendo su respiración agitada contra la piel– Respira despacio, no te atores así.
Le dió algunos momentos para recuperar el aliento mientras hundía los dedos en su largo cabello casi como caricias.
—....Es que… es muy grande, no cabe en mi boca.. –La de ojos azules lo miró con la vista ligeramente acuosa debido al esfuerzo, nunca habría pensado que sería algo tan rígido y menos que debería tenerlo casi hasta la garganta—.
—Deja de lloriquear Blau.. –Mirándola de lado deslizó sus dedos devuelta a la mejilla derecha de esta, pasando el pulgar sobre sus labios a la par en que apoyaba la punta frotando un poco para humedecerlos debido a la saliva que tenía encima—.
Eventualmente tras retomar sus movimientos en la boca ajena comenzó a gruñir siendo un poco más brusco ya frunciendo el ceño resoplando hasta que se corrió aferrándose a la polaca que comenzó a toser un poco sentada en el suelo dejando caer la sustancia blanquecina de su boca hacia el suelo en lo que el azabache ralentizaba su respiración durante unos momentos antes de tomarla las mejillas otra vez, restregándole su aún duro pene contra el rostro enrojecido por el esfuerzo.
—...¿Ya viste que sí podías?.. –El de esvástica suspiró tomando un pañuelo del cajón cercano para limpiarse pues le era algo desagradable quedarse con la sensación de estar babeado– Será cuestión de práctica que puedas tragarla entera sin quejarte tanto.
La observó durante un par de minutos y por impulso la levantó desde los hombros hasta dejarla sentada en sus piernas, deseando probar su cuerpo otra vez, sin importarle rasgar el camisón traslúcido dejando su suave piel a vista total para su propio deleite, tomándola de la cintura en lo que ella colocó las manos en sus hombros otra vez intentando alejarse con temor.
—Deja de ser una cobarde, en cuanto más te muevas más haré que te duela, pórtate bien –Amenazó sabiendo que siendo la segunda vez el dolor de la penetración disminuiría considerablemente según el libro que había estado leyendo—.
Aún así viró los ojos y acercó más la silla al escritorio en donde la hizo apoyar la espalda, llevando su diestra hacia la vagina de la más baja comenzando a acariciar con su pulgar viéndola inmediatamente dar un salto corto enrojecido su expresión sorprendida, como si fuese la primera vez que su cuerpo era acariciado así.. incluso tal vez tratándose de su primera masturbación por la forma en la que miraba su propia entrepierna comenzando a humedecerse por la atención.
—Mira nada más esos ojos que pones, ¿Qué nadie te había tocado bien? –Hizo que sus dedos fuesen en círculos humedeciéndose más de la lubricación contraria, hundiéndose entre los labios bajos aún sin llegar a su interior– ..¿Acariciado de esta manera?
—Mgh.. n-no.. –La de piel roja se cubrió la boca para que no la oyese jadear, pero aún así no podía apartar la vista de su piel comenzando a brillar ligeramente por el sudor y sus propios fluidos en los dedos del fascista—.
—Ahora eres solo mi mascota, tu cuerpo me pertenece y solo yo voy a tocarte así, ¿Entendido? –Movió sus dedos más a prisa generando un bajo ruido de chapoteo mezclado con los jadeos ahogados de la contraria que se había encogido—.
—S-Si.. ah… –Ella sintió su boca temblar y no pudo evitar mover un poco la cadera sintiendo su mente ir dejando la razón opacandose por su creciente calentura por la estimulación correcta—.
—¿Si qué, pequeña Blau? –Dritte fue metiendo lentamente sus dedos aún haciendo círculos para abrir poco a poco– Responde bien o te voy a soltar así como estás.
—Si, A-Amo.. –Acabó por gemir sin poder evitarlo, estaba ya lo suficientemente excitada como para que la voz le temblara en tono agudo—.
Lo cual obviamente volvió a endurecer al germano que resopló por la nariz mentalizándose por paciencia, yendo de esa manera pronto podría degustarla finalmente como quería, experimentar bien el sexo con la albina despierta y gimiéndole cada que le golpease el trasero con la cadera al adentrarse en su interior.
Algunos minutos más tarde la jaló de los brazos para apoyarla sobre su pecho, con la mano izquierda frotando aún en lo que la diestra acercaba su pene para frotarlo también, humedeciendo la punta con la lubricación de la joven para ir entrando despacio. Una vez estuvo acomodado donde debía se permitió chupetear el cuello contrario para distraerla, empujándose tortuosamente lento hasta sentir sus pieles juntas otra vez.
Ya estando dentro la sujetó con ambas manos de la cadera quedándose quieto durante un par de minutos antes de marcar ritmo haciéndola brincar hasta que el ruido de sus cuerpos chocando en toda la oficina, sintiendo a la par cómo ella se aferraba a sus hombros tratando de morderse los labios para evitar que los ruidos que hacía se oyesen.
—Deja eso, quiero oírte. –El azabache le dió una nalgada con algo de fuerza haciéndola soltar un gemido en alto y aferrarse más a él en lo que mantenía sus manos en la cadera de ella sujetándola para que no fuera a detenerse– Que ruidosa eres, ¿Tanto te está encantando que haga esto o fue mi mano?
La polaca avergonzada no respondió por lo que recibió otra nalgada en el mismo lugar volviendo a soltar un gemido alto, lo cual también la hizo volverse más estrecha robándole un suspiro al más alto que bajó sus manos para apretarle el trasero haciéndola bajar todo lo físicamente posible, acabando por llenarla mientras la retenía en lo que pasaba el clímax. Agotada esta se dejó caer totalmente sin pensar sobre el pecho ajeno, respirando agitada se acurrucó un poco cerrando sus ojos tratando de descansar tras todas esas sensaciones nuevas que la habían agobiado un poco.
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Augen Himmel (T.R × Reader)
FanficPara conservar la soberanía, los espíritus de cada nación pasan de humano en humano mientras el territorio sea libre, cuando el último Polonia cayó en manos del fascismo... La tierra la eligió para portar sus colores, convirtiéndola así por desgraci...