Para cuando despertó el de esvástica se encontraba solo en la cama ajena y se extrañó ante eso por lo que salió de la habitación topándose con la dama de compañía húngara que había designado antes para la bicolor.
—¿En dónde está Blau? –Cortó el silencio atrayendo la mirada de la humana que tenía un reloj en la mano probablemente asegurándose de planear bien su horario del día—.
—Buenos días Herr Reich, la señora se despertó hace un rato y fue a buscarme para que le sirviera el desayuno porque tenía hambre, está en el comedor, ya arreglaron la calefacción –Esta hizo una reverencia y se retiró rumbo a la lavandería para recoger la ropa limpia de la aludida—.
El azabache redirigió su camino hacia su oficina, sabiendo que pasaría por el comedor y la sala de estar para llegar allá, aunque se extrañó al oír la voz de un hombre provenir de donde se suponía que estaba la polaca.
—Hoy hace un maravilloso día, Fraulein Keller, no hay mucho sol pero aún así se ve radiante –La voz de tono encantador del Alférez Graf, el cual estaba convenientemente cerca frente a la más baja cuya piel estaba de apariencia humana—.
—.........eh, gracias.. –Murmuró visiblemente incómoda la albina, apenas había estado por terminar de comer cuando escuchó la voz ajena acercándose y tuvo que concentrarse para ocultar sus colores inmediatamente antes de levantarse de la mesa—.
—No hay de qué, uno siempre le tiene que recordar a las flores que son bellas –Este se inclinó hacia la de largos rizos que se encogió nerviosa– Aunque usted solo necesita mirarse al espejo, ya parece un ángel..
Para cuándo Olesia hizo amago de mover un pie para retroceder el más alto le rodeó la cadera y bajó a besar sus labios en un rápido movimiento dejándola atónita con expresión de pánico en sus ojos abiertos de par en par, hasta que se oyeron zancadas y apenas pasó un segundo antes de que el humano se alejara bruscamente al recibir un empujón del carmesí cuya expresión era de rabia pura. La menor retrocedió asustada por la presencia del fascista pero temió cuando vió sus nudillos teñirse de la sangre ajena así que intentó detenerlo, solo que por error este la golpeó haciéndola caer bruscamente debido a su fuerza y no lo notó hasta que la oyó quejarse.
Entonces se sintió girar la cabeza en cámara lenta, solo para ver qué ella estaba en el suelo sujetándose el vientre y una mancha roja extenderse sobre la alfombra que cubría toda la sala.
—Olesia –Exhaló soltando al soldado de la SS, girándose hacia la nombrada que comenzaba a llorar envuelta en pánico– ¡MÉDICO!
• • •
Habían tenido que sacarlo de la habitación en donde llevaron a la bicolor, teniendo que oír sus gritos desgarradores desde el pasillo durante dos horas completas hasta que la mucama mayor salió a informarle que el doctor la sedó al finalizar, debido a que entró en un estado de ansiedad puesto a que tuvieron que practicarle un aborto pues los latidos del pequeño bebé dejaron de sentirse y efectivamente al sacarlo estaba ya sin vida.
Se lo habían dado envuelto en una manta blanca y ahora estaba sentado en el pasillo apoyando la espalda en la pared contraria a la puerta, viendo que su hijo tenía el cabello azabache como él y la piel pálida haciéndole difícil saber si era de tonalidad o por su estado, pero era tan pequeño que cambia en sus palmas juntas estando apenas terminando de desarrollarse puesto a que según uno de ellos libros, a partir del quinto mes ganaban más tamaño y peso entre otras cosas internas como la capacidad pulmonar.
Pero el suyo tenía escasos tres meses y medio, era un niño… aparentemente su viva imagen aunque sin saber si obtendría sus antiguos ojos celeste o los azules de su madre que seguramente estaría destrozada al despertar.
Con el paso de algunas horas finalmente se levantó para dejarlo ir, ordenó a las mucamas que lo vistieran apropiadamente y cortaran mechones de su cabello, sacando también huellas de tinta de manos y pies sobre un papel grueso que luego hizo enmarcar entre cristales. Decidió enterrar solo ese mismo día al infante prematuro sabiendo que la polaca no tendría la fuerza para levantarse y menos aún de estar presente en algo como eso, así que al volver solo se sentó en la mecedora de la habitación blanca a perderse mentalmente mientras contemplaba el oso de peluche de antes. Todo había pasado demasiado rápido, por un error suyo… ni siquiera sabía cómo sentirse al respecto pues solo había un hueco en su pecho recordando cada una de las cosas que pasaron y únicamente pudo cerrar los ojos colocando el codo sobre la madera y apoyando la frente en su extendida palma enguantada.
Solo… se sentía extraño, no como dolor o sentimiento de pérdida de los que tuvo Olesia, sino un vacío silencioso e incómodo, ya que después de todo….. inconscientemente se había comenzado a acostumbrar a esa tercera presencia distinguible en el ambiente.
A que sería padre en cuestión de meses… y ahora ya no había nada.
Se levantó con brusquedad de la silla mecedora dejando el osito allí y cerró de un portazo echando llave a la puerta, dirigiéndose a su oficina a buscar entre las botellas tomando un viejo vodka que le había obsequiado el comunista tras su firma del ya roto Ribbentrop-Molotov, sabía que era algo fuerte y desagradable por su porcentaje de alcohol así que lo destapó y bebió un largo trago hasta acabar tosiendo, pero bufó y siguió con ello.
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Augen Himmel (T.R × Reader)
FanfictionPara conservar la soberanía, los espíritus de cada nación pasan de humano en humano mientras el territorio sea libre, cuando el último Polonia cayó en manos del fascismo... La tierra la eligió para portar sus colores, convirtiéndola así por desgraci...