El rencor es malo | © 7

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Julietta

Salí de la ducha y me dirigí a mi pieza, me puse una polera manga larga negra y unos jeans largos, hoy quería ocultarme todas esas horribles marcas. Había pensado en hacer algo por que ¿como era posible que me hicieran esto sin tener consecuencias? Yo quería ir a la comisaría y poner una denuncia pero ahora que lo pienso, no quiero meterme en problemas, estoy segura que después de lo que me hicieron, quizás no dudarán en vengarse si los delato. Ahora solo me queda maquillarme para simular los moretones y durante los días sanarán y podré seguir mi vida normal. Aún no dejo de pensar en que no fue mi culpa pero hay cosas que hay que dejar pasar sin darle tantas vueltas.
Terminé de vestirme, hice mi cama y fui a la cocina para llevarle el desayuno a Pan, ella estaba en el sillón como de costumbre.
Hoy no tenía ganas de nada así que después de eso, me fui a mi pieza y durmiendo una larga siesta.
De pronto siento un bulto peludo acomodándose al lado mio y sabia quien era, Pan. La abrasé y de inmediato el sueño me consumió.

El sonido de una llamada me despertó, era el teléfono fijo que se encontraba en mi living. Me pare rápido y camine hacia la mesita de centro donde tome el celular y contesté:

-¿Diga? -hablé, no tenía demasiado humor para hablar.

-¡Juietta! ¿Donde te has metido? Te llamo y no contestas tu celular. -dijo la siempre reconocible voz de mi madre. Agh. Odiaba hablar con ella, desde que me fui de mi casa estaba muy feliz, tengo un trabajo de medio tiempo y vivo cómoda, no me quejo. Me cambie por que mis padres son drogadictos y ya no aguantaba más, gastaban el dinero que ganaban en eso y aveces realmente necesitaba algo y no había dinero, y no, no eran caprichos. Pero a pesar de todo, trataba de entender a mi madre, se enamoró de un drogadicto el cual la hundió junto a él.

-mh, madre, Hola, si es que se me estropeó.

-¿Sabes que tienes una madre cierto? -Pregunto más amable de lo usual, y se donde va a terminar esto.

-Siii? - dije como si no entendiera nada.

-Necesito que me mandes dinero. - dijo mi madre en un tono muy segura, no era un favor, era una orden.

-Mamá, apenas me alcanza para mí y -el sonido del timbre me interrumpió. Gracias a Dios. Realmente no quería seguir hablando. - Hablamos después ¿si? , hay alguien tocando.

-Espera es que - corte antes de que siguiera. Suspiré y deje el teléfono en donde este se encontraba y me dirigí a ver quien buscaba.

Puse la mano en la perilla de la puerta y la gire para abrirla. Cuando la abro veo a el mismo hombre que estuvo dándole ordenes a la tipa para que me pegara, su hermano. Se me erizó la piel. Abrí los ojos con asombro y temor mientras el sostenía una mirada de inquietud en mi.
Trate de cerrar la puerta literalmente en su cara antes de que pusiera su pie trancando esta.
-¡No no no no! ¡Por favor no me hagas mas daño! -cerré los ojos y puse mis manos en forma de protección hacia mi cuerpo.- Por favor, no más. Supliqué.

Él entro a la casa y cerro la puerta detrás de él y paso al lado mio lo que hizo que reaccionara exageradamente hacia su tacto, pero luego siguió de largo sentándose en el sofá como si nada.
-No te haré daño. - dijo con la voz segura y mirándome a los ojos.

-¿Q-que? - dije aún espantada con su presencia mientras estaba congelada en la puerta mirándolo.

-Lo que escuchaste, lo siento, yo- yo no quería hacerte daño. Osea se que no parece así pero agh- se tiró el cabello con tono frustrado- Simplemente, lo siento.

Ahora salí del trance y me di cuenta de la situación. El odio llego a mi.

-¿Que? - lo mire con cara incrédula y asombro- ¿Crees que puedes mandar a raptarme, hacer que tu hermana me golpeé, dejarme marcas de por vida y después llegar y decirme "lo siento"? - le dije en tono irónico.Iba a responder pero yo lo interrumpí. -¿Que quieres que responda? , oh si no te preocupes, ya sanaran las heridas y hasta me puedo hacer mejor amiga de tu hermana para pegarles a niñas inocentes y mandarlas a golpear con su hermano. -Hablé casi gritando con ironía.

El se quedo en silencio por unos segundos mirándome.

-¿Sabes? No tenía la puta idea sobre la pelea y reaccione por impulso, tenía que defender a mi hermana pero no pensé que me mentiría, solo vine a pedirte disculpas y entregarte esto.

Miré su mano que estaba sosteniendo mi celular  y se lo recibí de mala gana. Mire sus ojos y algo me dijo que estaba diciendo la verdad.

-¿Puedes irte? ¿Por favor? no me siento muy bien. - le dije en un tono obvio. Me veía del asco. Realmente parecía recién salida de un accidente de la película destino final.

Él asintió y se marcho con la cabeza abajo, con los ojos tristes. No puedo negar que me dio lástima y aun que me dieron ganas de perdonarlo no puedo dejar que hagan esto de nuevo, las cosas se aprenden de los errores y espero que el nunca vuelva a ser algo tan horrible como lo que hizo conmigo, el rencor es malo pero aveces hay que ponerlo en práctica con personas que se lo merecen.

Talking to the Moon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora