Nunca estaremos perdidos si nos tenemos uno al otro. |32

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Un mes después.

Julietta.

Las primeras semanas no tenía animos de nada. Quería apagar todo lo que  me contactara con el mundo y me dedicaba a leer para encerrarme mentalmente pero Travis me lo impedía. Hice bastantes cosas, Travis estuvo ahí siempre distrayéndome. Por un momento,casi caí. Hubieron días en los que me dormia suplicando no despertar al otro día.

El viento entrando a la habitación golpeaba mi rostro, no sentía frío. Travis acababa de ir a comprar algo de comer, me dejo en mi departamento sola, con mis pensamientos. No era muy buena idea. Miro las sábanas que envolvían mi cuerpo, el té caliente en el velador y los relojes sonando en medio de el silencio absoluto. Ahora me pregunto ¿Que hago aún aquí? 

Me levante y caminé al balcón. Tenía sólo mi pijama delgado cubriendo mi cuerpo. Cerré mis ojos respirando vida  y exhale cayendo en mis rodillas. Mis manos las mantenía sujetas a el barandal y mi cabeza hacia abajo.

Que sensación mas desesperante vivir y no sentir que lo estás haciendo.

Me mantuve unos minutos así con los ojos cerrados.

La puerta de entrada sonó y los pasos se acercaron a mi habitación.

-¿Julietta? -La voz de Travis resonó por el departamento.

No respondí.

Sus brazos rodearon mi cuerpo. Negué con mi cabeza.

-No tengo ganas de vivir. -Hablé  sin siquiera mirarlo.

El me tomó entre sus brazos y me llevó a la cama. Cerró la ventana y me cubrió con las sabanas.

-Prometo que te dare las ganas de vivir. -Susurró en mi oído y luego beso mi mejilla.

Luego de esas noches de sollozos y lamentos diarios, fueron disminuyendo pero no han desaparecido aún.

-¿Lista? -La cara sonriente de Travis salió desde el baño.

-¿Lista? -Pregunté confundida.

-Vamos a salir. Alístate.

-No quiero salir.

-No te estoy preguntando. -Habló moviendo las cejas de abajo hacia arriba lo que causó que me riera un poco. Él notó mi sonrisa y se acercó a mi.

-Me encanta verte sonreír. -Habló frente ami.

No pude evitar acercarme a él y darle un corto pero cálido beso.

-Necesito que hagas tus maletas por que nos iremos de viaje unos días.

Fruncí el ceño.

-¿Que? -Pregunté incrédula. -¿Donde?

-No losé. -Sonrió. -Sólo alístate que nos vamos después de almuerzo.

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Y exactamente, Travis no tenía idea donde estábamos. Cuando me lo dijo pensé que estaba bromeando. Ahora estábamos en medio de la nada.

-No pensé que este viaje sería tan espontaneo. -Hablé con ironía mientras miraba la solitaria carretera.

-Las cosas inesperadas son las mejores. -Hablo y me guiñó un ojo para luego volver a ver el camino.

-Sólo espero que no nos perdamos.

El se rió. -Nunca estaremos perdidos si nos tenemos uno al otro. -Habló y luego se colocó sus lentes de sol.

Talking to the Moon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora