Travis.
-Pasa algo y debes saberlo. -Hablé sin pensarlo. Debía soltarlo y decirle lo que pasa conmigo. ¿o quizás no? ¿Que hará? Sólo sentirá pena.
Ella se quedo seria y habló.
-¿Q-que pasa?
Tragué saliva. Me levanté bruscamente de la mesa y comencé a caminar de un lado a otro. No sabía que hacia, sólo necesitaba un momento de pensar. ¿Cómo se lo digo?.
-Dime por favor. -Volvió a hablar mientras caminaba hacia mi. Suspiré sentándome en el sofá. Ya era la hora.
-Yo...yo nosé como decirtelo. -Hablé.-No...no puedo.
-Por favor. -Podía ver la preocupacion en sus ojos.
Suspiró.
-Podemos hablar de ello luego. -Habló notándose aún mas nerviosa que yo. Sé que estoy torturándola haciendola esperar, pero debo formularlo bien.
Asentí. Mi celular comenzó a sonar.
-¿Hola? -Hablé. Julietta se levantó de el sofá caminando a las habitaciones. Estaba molesta, la entendía.
-¡Travis, men! Me dijieron que estabas en Moway. -Habló la voz que pude reconocer al instante, era Richard. Un viejo amigo de infancia, se había cambiado de ciudad cuando dejamos de hablar. Lo conocí en unos tratos que tuve que hacer con unos amigos de mi padre.
-Asi que así de llama esta maldita ciudad. -Reí sin ganas. -Hey, tanto tiempo ¿Como has estado?
-Bien, quiero verte tengo una buena fiesta a la noche. ¿Que te parece?.
-No estoy solo Richard. -Hablé refiriéndome a Julietta.
-Bueno entonces trae a tu puta a la fiesta, así podemos compartirlas.
-No. Estoy en algo serio, no es una puta. -Hablé apretando el celular. Que agradezca que es mi amigo.
-Okey okey como digas. ¿Entonces?
-Ok, nos vemos. -Hablé y colgué al instante.
Hace mucho que no veía a Richard.
Me levanté y fui a buscar un vaso de agua, me senté en una silla y miré afuera. La luna llena comenzaba a asomarse.
Ya ha pasado mas de un mes de que he inyectado mi dosis, con Julietta no dudo que algún día se me olvide ya que cuando estoy con ella, nadie existe. Tengo mi alarma en el celular cada tres meses. Aun que dude que algún día se me vaya a olvidar ya que sin ella no puedo vivir.
Falta un mes y medio para el año nuevo. Primer año que celebraré como se debe, junto a mi chica.
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Julietta.
Estaba acostada en mi cama viendo televisión pero aún seguía preocupada. Le dije que podía tomarse su tiempo, no quiero presionarlo y lo que sea, al fin y al cabo lo sabré.
Travis entró a la habitación después de un rato.
-Hey. -Habló entrando a la habitación sentándose en la cama, se veía entusiasmado. -Esta noche saldré.
Me tomo por sorpresa. ¿Donde iría? Se supone que es una ciudad desconocida por los dos.
-¿Donde? -Pregunté.
-Sólo no salgas ¿Si?
-¿No me dirás?
-Debo hacer unas cosas pendientes. Negocios.
Me quedé en silencio.
-Ven. -Me jaló de el brazo acercándome él. Unió nuestros labios pero no le seguí el beso. Me alejé.
-Vamos, no te enojes. -Susurró haciendo un puchero.
Lo pensé un momento. Miranda siempre decía que el enojo era tiempo perdido. Sonreí al recuerdo. Creo que ella tenía razón.
-Por favor. -Susurró acercándose ami. Volvió a besarme. Bajó sus labios a mi cuello y sonrió contra mi piel.
-¿De que te ríes? -pregunté.
-Estás un poco marcada por mi. -Volvió a sonreír. Fruncí el ceño y lo quite de encima. Me levante y camine hacia el espejo.
Miré mi cuello, tenía dos manchas gigantes que eran moradas con una mezcla de azul y verde. Abrí mi boca en asombro.
-¿Cuando fue esto? -Toqué mi cuello.
-El día en el que querías follar en el auto. -Rió. Su voz era mas profunda y sus ojos recorrían mi cuerpo con deseo. Mis mejillas ardieron y me tapé la cara.
-Me las vas a pagar. -Hablé acercándome a él hasta que cayó a la cama quedando acostado. Me coloqué encima de él y mis labios fueron directo a su cuello. Comencé a succionar dejando un bonito chupón. Un gemido ronco salió de su boca. Tomó mis caderas y con una envestida me colocó bajo él. Comenzó a besarme y acariciar mi cintura. Mis manos fueron a su polera dejándome jalar de ella. Ahora sus pectorales estaban contra mi, pero quería sentirlo aún mas.
-¿Estás segura? -Preguntó mirandome a los ojos. Sus ojos mieles me transmitían seguridad, claro que lo estaba.
-Quiero que séas el primero.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, la más hermosa que jamás he visto. Un brillo salió de sus ojos, tan sólo yo podría notarlo por que fue tan minúsculo. Siguió besandome mientras acariciaba mi cara. Comenzó a dar pequeños besos hasta llegar a mi clavícula.
Tomó mi polera dejándome con mi brasier. Mis mejillas se tiñeron rosas.
-Eres hermosa. -Habló mirándome a los ojos. Sus labios devoraron los mios. Cada vez necesitaba más de él.
Tomó mis pantalones y me miró como si estubiese pidiendo permiso. Asentí nerviosa. Los sacó con delicadeza y desabrochó mi brasier dejando completamente desnudo mi torso. Sus labios fueron a mis pezones y comenzó a jugar con uno en su boca mientras que con una mano masajeaba la otra. Gemí.
-Te necesito. -Susurré agitada.
-Yo también. -Respondió.
Sacó sus pantalones quedando completamente en calzoncillos.
-Te amo. -Habló en mis labios.
-Te amo. -Respondí.
-
-
--¿Estás bien? -Habló agitado a mi lado. Ahora yo tenía mi cabeza en su pecho. Cuando entró por primera vez en mi, grité muy fuerte y él se asustó asi que paró pero luego siguió un poco mas hasta que ya no me doliera.
-Si. Aun que...duele un poco. -Hice una mueca. Me sentía un poco adolorida pero no me arrepiento de nada. Fue tan delicado, no fue para nada brusco y me sentía segura que es lo mas importante.
-Lo siento. -Habló apenado.
Levanté mi cabeza para mirarlo. La pieza estaba iluminada por la luna y podía ver su rostro, él tenía una mirada profunda de arrepentimiento. Se que estaba preocupado por mi.
-No lo sientas, fue genial. -Reí y luego el sonrió.
-Amo que seas así. -Acarició mi cara y volví a apoyar mi cabeza en su pecho. Él envolvió sus brazos en mi cuerpo. Amaba tenerlo tan cerca, sentirlo.
-Buenas noches Travis.
-Buenas noches, Luna.
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Talking to the Moon ©
أدب الهواةCon esta historia reirás y llorarás, pero lo más importante, lo disfrutarás haciendo. © Novela Completa.