Pan y yo.

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-Y ahora en las noticias...

Escuché la voz de la noticiera que provenía de la televisión la cual me hizo despertar de mi profunda he incómoda siesta en el sillón.Vi la hora de mi celular fijándome que eran las nueve y media, wow, me había quedado dormida a las 6 , vaya que dormí. Siento una vibración en mi trasero causándome un leve salto. Noté que era mi celular. Lo tomo y pude ver en la pantalla una llamada perdida de mi mejor amiga, Miranda. De pronto la pantalla se iluminó de nuevo con una llamada entrante de la misma.

- ¡Hey! ¿vienes hoy a MI fiesta? De MI cumpleaños. De tu MEJOR amiga! ¡Julieta porfavooor, no puedes faltar! - dijo ella remarcando unas cuentas de las palabras para que pudiera notar que era su cumpleaños, rogándome. Era normal para ella llamar sin saludar.

Olvide por completo que hoy era viernes y lo único que quería descansar pero era el cumpleaños de mi mejor amiga, no podía faltar, ella no me lo perdonaría.

Me levante y rápidamente caminé hacia el baño al espejo mas cercano que se encuentra justo arriba del lava manos.

- ¡Eeew! Pero si ayer lo celebramos como buenas amigas en el centro comercial, la pasamos bien ¿no? - oí su gruñido al otro lado de la línea. Su cumpleaños fue ayer pero a ella le encantaba celebrarlo mas de una vez, incluso, el año anterior celebró su cumpleaños más se una vez, haciendo 2 fiestas y 3 pijamadas, esta chica era algo serio.Reí para mis adentro al recordar.

Di un suspiro exagerado para que ella me pudiera escuchar lo suficiente. Definitivamente contigo no tengo opción así que no vale la pena batallar.¿a que hora? - le respondí rendida.

Realmente, no tenía ganas.

- ¡Yeeeii! ¡Genial! Sabría que contaría contigo, es a las 12 ¡hoy!, me tengo que ir a comprar todo, adiós te quiero!

No alcancé a despedirme antes que colgara rápidamente, realmente estaba emocionada, más de lo normal. Era su cumpleaños 17 y no podría defraudarla.

Me mire al espejo frente a mi. Yo realmente no me considero muy linda, tengo todos los defectos que cualquier chica tiene, solo que en vez de quejarme saco provecho de ello.

Sonreí al espejo y comencé a pensar positivo, hoy era un día especial para mi amiga y tenía que llegar con buena disposición.

Olvide lo cansada que estaba y comencé a sacar mis prendas para finalmente meterme bajo el agua.

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Salí de el baño, enrollada en la toalla, fui directo a mi habitación. Eran las 10:12 así que me puse la piyama por que aún no sabía que llevaría a la fiesta y eso me tardará un rato.

Ya vestida comencé a hurgar en mi clóset, saque un pantalón negro ajustado,unos jeans igual de ajustados, una polera gris suelta,una camisa roja ajustada, un polerón negro y una chaqueta de cuero. Los dejé encima de la cama. Fui donde se encontraban mis zapatos y saque unos botines militares negros, otros botines grises y unas zapatillas converse rojas.

No me gustan los tacos, sólo para ocasiones especiales y creo que tampoco los necesito ya que no me considero tan baja, mido 1.65 .

Tome ropa interior y la deje encima de la cama al igual que todo lo otro. Después elegiría entre la selección de cosas que hice, por lo menos ya tenía una idea así que por ahora me fui al baño para poder arreglarme.

Me puse frente al espejo y me puse un poco de rimen y mis labios rojos. Me gustaba como se veía este con mi pálido todo de piel. No me gustaba maquillarme mucho.

Luego me peine un poco el pelo, comencé a masajearlo con crema y deje que las ondas llegaran a mis hombros.

Fui a mi habitación y me pare en frente a las prendas puestas en mi cama. Tome el pantalón negro, la polera gris holgada y la chaqueta de cuero.

Comencé a vestirme y finalmente termine olvidándome que no había decidido que llevarían mis pies, así que tome las botas militares y me las puse.

Cerré la puerta de mi habitación para poder verme en el espejo detrás de esta.

Era un espejo que dejaba verme completa. Mi polera me quedaba corta a centímetros de mi ombligo y mi chaqueta me hacia ver ruda. Sonreí por el pensamiento.

Tome mi celular y vi la hora, 10:56.

Fui hacia el baño y me cepillé los dientes. Terminé de cepillarme y me dirigí al living donde se encontraba mi perra dormida sobre el sofá, Pandora. Era una Pug, siempre quise tener una cuando pequeña y jure comprarme una cuando creciera. Le llame Pandora por que ese nombre significa poseedora de todos los atributos, por que era realmente perfecta para mi, amaba su cuerpo tan suave y regordete el cuál usaba como almohada aveces, amaba que fuera tan floja y no causara problemas pero a la misma vez me levantaba el ánimo cada vez que yo estaba mal, normalmente le decía Pan por que era muy largo Pandora, además se parecía a un pan, una marraqueta. Era mi única compañía. Normalmente las adolescentes vivían con sus mejores amigas pero yo no era así. Prefería vivir sola, tener mi espacio en mi departamento, todo mi departamento era mi espacio. Pan era suficiente para mi.

Me lancé sobre ella haciendo que se despertara, le acaricie el estómago mientras ella sacaba la lengua. El sonido de una llamada entrante venía de mi habitación, había olvidado que deje mi celular allí.

Abrasé por última vez a pan y corrí a mi habitación. Tome el celular y vi la pantalla. Era Miranda.

- ¿hola? - contesté un poco agitada.

- ¿donde estás? Ya son las 12:30, te he estado esperando. - dijo agitada gritando para que pueda oírla, se escuchaba la música retumbar fuerte en el celular.

Oh dios, se me había pasado la hora tan rápido.

-Lo siento, solo me distraje un poco y olvide ver la hora, estoy lista así que iré de inmediato, no te preocupes. - dije tratando de convencerla de que no me había olvidado de la fiesta.

- ¡Apresúrate! - Gritó y corto.

Deje mi celular en mi bolsillo trasero y tome las llaves de mi auto.

Talking to the Moon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora