Control

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Solos volvimos a ver a Darius una vez más ese día, había vuelto dos horas después para hablar con la enfermera que nos había revisado a todos minutos después de que llegó.

Los chicos estaban bien, con algunos moretones bastante feos, pero no había nada roto, dio medicamentos para el dolor y un par de cremas para los moretones.

-hablé con la directora...-Darius suspiró- el día de mañana habrá una reunión para resolver el problema, deben presentarse.

-¿Cuál es el punto...?- Fassier había despertado, lucía cansado.

-no les harán nada- Willow se hallaba sentada sobre la camilla de Fassier mientras se frotaba los brazos con la crema que le había entregado la enfermera.

Alden seguía durmiendo.

-me aseguraré de que haya alguna clase de castigo-Darius hundió las manos en sus bolsillos y nos miró uno por uno- si esto queda impune... les dará ideas a otros para cometer actos similares. No dejaré que eso pase.

Bajé la mirada, me encontraba apoyada sobre el marco de la ventana en la que horas antes se había encontrado Aris; la determinación del profesor era de admirar, pero no me parecía que eso fuera de mucha ayuda cuando incluso él había sido incluido como maestro para llenar una cuota.

No nos tomarían en serio.

-tómense el resto del día libre, yo hablaré con sus maestros...-suspiró él y con un gesto de despedida hacia nosotros y la enfermera, salió del lugar.

Nos quedamos en silencio.

No nos movimos de la enfermería hasta que Alden se despertó, durmió casi cinco horas, y cuando se levantó pareció mucho más adolorido que antes, le contamos lo que había dicho el profesor Darius, y bufando mencionó lo mismo que habíamos dicho nosotros.

Esa reunión no iba a servir de nada.

Todos decidimos irnos luego de unos minutos, Willow se ofreció a manejar por Fassier. Llevaría a Alden y a Fassier a sus casas para que no tuvieran que esforzarse más y se relajaran en el camino.

Yo decidí tomar el tren para el trabajo, llegaría más temprano de lo usual así que aprovecharía el tiempo para buscar en las bases de datos de la biblioteca por más información sobre aquel dios.

Había parado la búsqueda por un par de días, pero no podía olvidarlo, era una curiosidad que siempre se encontraba en algún rincón de mi cabeza.

-Yena...todavía falta para tu entrada- Vallie se hallaba limpiando una de las mesas del fondo cuando me vio pasar hacia la sala de los empleados.

-pude salir temprano de la Academia y decidí seguir mi búsqueda por un par de horas- suspiré con una media sonrisa.

-ah... muy bien- asintió-pediré comida al rato ¿Quieres algo?

-me encantaría- respondí antes de entrar a la sala.

Guardé mis cosas en mi casillero y me dejé caer sobre la silla de madera de una esquina; esa mañana había sido demasiado, necesitaba distraerme, me esperé un par de minutos ahí sentada antes de levantarme de nuevo y salir de la sala.

-llamaré a sus padres, niños... ¿Quién les dijo que este lugar era para eso? - escuché a la distancia a Vallie.

Cuando enfoqué la mirada hacia la entrada, vi como dos jóvenes salían rápidamente con la cabeza gacha. Parecían estudiantes de la academia, quizá de mi edad.

Sentí un escalofrío en mi espalda cuando la energía de Aris se sintió a mi alrededor, tuve que detenerme y no volver la mirada. No quería que se diera cuenta de que podía sentirlo incluso si no era visible.

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