Claroscuro

El dios elige

El silencio en la habitación se sintió largo, Willow con la boca abierta de par en par. Alden con los ojos abiertos, sin parpadear. Fassier sin respirar.

-Y...Yen...-tartamudeó Alden, sin apartar la vista de Aris- hay...hay un...

Respiré hondo con la intención de calmar sus nervios, pero Aris me cortó.

-cuiden sus palabras, humanos-siseó Aris, mirándolos a cada uno de ellos-que sus dioses no se dignen a reconocerlos como adeptos, no significa que Yena esté mintiendo.

Cada vez que Aris pronunciaba mi nombre, cada vez que me llamaba Yena, en vez de Humana, algo se encendía en mi pecho.

Ninguno pronunció palabra, sus ojos no se separaban del dios a mi izquierda.

-danos unos minutos- suspiré, mirando en su dirección.

Me di cuenta como su simple presencia iba a impedir que pudiéramos hablar cómodamente. Yo había tenido tiempo para acostumbrarme a la intensa cantidad de energía que despedía, pero ellos habían enmudecido casi por completo.

Levantó una ceja, como si estuviera criticando mi decisión.

-me pediste que me mostrara, y ahora quieres que me vaya... - soltó, irritado ante aquello.

-los estás asustando.

-claro que sí, soy un dios de la oscuridad ¿Qué esperabas?

-Aris, por favor- le rogué, mirando sus ojos naranjas lanzar un destello.

Volvió la mirada hacia los otros tres, que aun mantenían sus ojos fijos en él.

Con un resoplido, terminó asintiendo.

Volvió a desaparecer, esta vez de la vista de todos, incluso mía. Me mordí la parte interna del labio inferior, intentando encontrar las palabras adecuadas en ese momento. Después de todo, la única vez que habían visto a un dios habían sido en su ceremonia de Revelación.

-él, es el dios que escogí en la ceremonia- musité, con la mirada fija en mis manos, en las marcas oscuras que tintaban mis dedos- fue quien salvo a Alden y a mi en el club la otra noche.

Se tomaron unos segundos, pero vi como Willow lentamente asentía.

-te creemos, ¿Vale? - dijo, con voz algo temblorosa.

-¿Cómo...?- Fassier tenía la mirada perdida en la ventana, viendo hacia afuera.

Les conté lo que había pasado en mi ceremonia de Revelación, les conté cómo elegí a Aris, y cómo me había seguido las últimas semanas. Le conté lo que había hecho con el asesino del club y todo lo que había averiguado de la aplicación.

-Está interfiriendo...

Willow lució preocupada por un segundo.

-a los que interfieren no les va bien.

Fruncí el ceño, sus manos empezaron a temblar, pero con un suspiro hondo hizo lo posible para calmarse.

-¿A qué te refieres?

-yo... no lo sé, lo escuché hace tiempo, en un paseo de la escuela cuando era niña- suspiró.

Fassier asintió, aun sumido en su estupor e incredulidad.

-se puso en gran pel...

Nana abrió la puerta del cuarto y con una sonrisa colocó una jarra de jugo en el escritorio y los vasos a su lado.

Todos se quedaron en silencio.

-les traje algo de tomar, ¿Alden cariño, el calmante hizo efecto? - Nana se le quedó viendo mientras que él, fingiendo una sonrisa, asintió.