Todos nos mantuvimos en silencio ya que subimos al auto y salimos del estacionamiento, parecían ir sumidos en sus propios pensamientos, lo cual entendía.
-detente en la farmacia- me incliné un poco hacia delante y le indiqué a Fassier una farmacia unas calles más adelante.
Se limitó a asentir.
Cuando nos detuvimos, bajé del auto y rápidamente recorrí los pasillos de aquel iluminado lugar para buscar lo que necesitaba, cinco minutos después estaba saliendo con una bolsa de medicina y otra de bebidas.
Me acerqué al lado del auto en donde se encontraba Alden recostado de la puerta y golpeando la ventana con los nudillos, le indiqué que saliera.
-¿Todo bien?- preguntó Fassier bajando la ventana.
-si...-le tendí la bolsa con las bebidas.
Cuando Alden salió del auto, le indiqué que se recostara de este mientras colocaba la bolsa de medicinas sobre la cajuela y revisaba para encontrar unos algodones en ella.
-no tienes que...
-silencio- lo corté.
Tomé su mano y empecé a limpiar sus nudillos con los algodones y algo de alcohol, vi como se tensó al sentir el escozor, pero no se movió, podía sentir como sus ojos iban de su mano a mi rostro, de ida y vuelta.
Sabía que quería decir algo, pero se limitó a observar.
Luego de unos minutos, me encontraba colocando las gasas alrededor de sus nudillos, y dándole una pastilla para el dolor.
-gracias- susurró al final.
Asentí con una media sonrisa y guardé todo lo que había sobrado de vuelta en la bolsa.
-tengan- Fassier sacó su mano por la ventana del auto y nos dio a ambos nuestras bebidas.
-¿Quieren ir por algo de desayunar?- preguntó Alden al final.
-me gustaría- asentí abriendo de nuevo la puerta del auto para entrar.
Aunque sinceramente, fue algo incómodo, encontramos un pequeño puesto de desayunos luego de unos cuantos minutos, nos sentamos en la mesa y pedimos lo que más se nos antojó del menú, y esas fueron casi las últimas palabras que proferimos durante lo que fueron unos largos treinta minutos. La comida llegó rápido, por lo que fue una buena excusa para no tener que hablar.
Era obvio que nadie se sentía bien, pero la compañía era necesaria, incluso si nadie hablaba.
Luego de una hora, todos habíamos vuelto a nuestras casas y yo me limité a dejarme caer sobre la cama y dormirme casi al instante. Podía sentir a Aris alrededor, su energía no me había dejado en toda la mañana, lo cual se sintió, hasta cierto punto, reconfortante.
No supe cuanto tiempo estuve dormida, pero cuando volví a recobrar la conciencia había algo sonando a mi alrededor, algo que al principio no percibía bien lo que era. Luego de unos segundos fue que pude reconocer el sonido del teléfono que seguía en el bolsillo de mi pantalón.
Lo saqué con dificultad medio abriendo los ojos, dándome cuenta de que ya era de noche, solo había una pequeña luz que entraba desde la calle.
-"¡Yena... tenemos un... problema!- la voz algo alterada de Willow llegó a mis oídos.
Podía escuchar música de fondo y muchas personas hablando.
-¿Qué?
-"¡Alden!"- gritó- "¡No lo encontramos!"
-¿Cómo que no lo encuentran?- fruncí el ceño sentándome en la cama.
-"Me dejó un mensaje"- esta vez la voz de Fassier sonó por el teléfono- "Creo que ya estaba algo tomado cuanto me habló, porque dijo que ojala se encontrara con... los protegidos de Odín o con el asesino..."
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Claroscuro
ФэнтезиTodos los jóvenes que cumplen la mayoría de edad deben elegir un dios de la luz o de la oscuridad como su guía. Yena lo sabía, pero ese día llegó más rápido de lo que pensó y tomando una decisión al azar, terminó con un Dios sin nombre a su lado y u...