Según los doctores, Alden estaría en el hospital por una semana, su herida fue bastante grave, por lo que no podían arriesgar a que regresara a casa hasta que estuvieran completamente seguros de que estaba bien, el cuchillo había rozado su hígado, pero no fue lo suficiente como para representar un peligro mayor.
Tuvo suerte.
Pero, de todas formas, Nana se ofreció a quedarse con él y nosotros hablamos de hacerle compañía todos los días hasta que saliera.
Había pasado casi medio día y sus padres aún no se comunicaban con él, lo cual nos hizo sentir a todos algo incómodos, ya que Nana lo mencionaba cada que podía; yo tuve que volver a mi habitación un par de veces ya que las enfermeras requerían hacerme chequeos constantes, pero cuando terminaba volvía con los demás a la habitación que ahora Alden ocupaba.
Casi se hacía de noche, y Alden se había quedado dormido minutos antes gracias a los analgésicos para controlar su dolor.
Nana había ido a casa para recoger ropa y comida para todos.
Los tres nos encontrábamos sentados en los muebles de la esquina de la habitación, en silencio. Disfrutando un poco de tranquilidad.
-Yen...-suspiró Fassier.
-si?
-eso es por lo que siempre usas guantes?... las marcas-susurró, mirando hacia mis manos.
Tensé la mandíbula.
-Fassier...- Willow musitó, dándole un golpecito con su codo en el costado.
-no... está bien- suspiré con una media sonrisa.
Sabía que en cualquier momento tenía que decirles, y todo este día había tenido las manos descubiertas, por lo que era cuestión de tiempo antes de que preguntaran.
-mi dios... me las dio, el día de la Revelación- susurré- dijo que era su marca.
Ambos se quedaron viendo mis manos.
-es... la primera vez que escucho que los dioses dejan marcas en los humanos- dijo Fassier, sin quitar los ojos de mis manos.
Volví la mirada hacia la ventana de la habitación, Aris se hallaba sentado en el borde, mirando en nuestra dirección.
-no lo hacen...- negué con la cabeza- o al menos no encontré nada que hablara sobre eso en los cientos de libros que he revisado, este es... especial.
Bajé la mirada cuando una media sonrisa apareció en los labios de Aris.
Hablar de eso era extraño, no me sentía del todo cómoda de compartir lo que había estado ocultando por semanas.
-¿aún no averiguas su nombre?- preguntó Willow.
Negué con la cabeza.
-¿No te sabes su nombre?- Fassier pareció sorprendido por un segundo.
-lo dijo el primer día de clases, genio- soltó Willow.
-nos presentamos a las... 7 de la mañana, estaba medio dormido ese día ¿Puedes culparme? - se excusó mientras se recostaba del sofá.
Me reí.
-retomando la conversación- suspiró Willow- ¿Has intentado buscar en los libros Numen?
Willow volvió la mirada hacia mí.
-Si- asentí soltando un suspiro- no hay nada útil...
Los tres nos quedamos en silencio, me relamí los labios mientras lentamente con mis dedos tocaba las marcas oscuras, poco a poco se me hacía más normal verlas, ya no sentía que eran extrañas a mi cuerpo. Aunque seguían siendo un enigma, por alguna razón me traían tranquilidad.

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Claroscuro
FantasyTodos los jóvenes que cumplen la mayoría de edad deben elegir un dios de la luz o de la oscuridad como su guía. Yena lo sabía, pero ese día llegó más rápido de lo que pensó y tomando una decisión al azar, terminó con un Dios sin nombre a su lado y u...