Familia

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Un par de horas después me encontraba dormida sobre la cómoda cama del hospital, las medicinas estaban obrando milagros y la calma que me provocaron me permitió caer plácidamente dormida.

Todo estaba en silencio, un par de pasos en los pasillos de afuera cada par de minutos, pero los zapatos de las enfermeras contenían el sonido casi por completo, y la respiración rítmica de Willow a mi lado, quien seguía dormida, apoyando su cabeza de sus brazos y estos a su vez se encontraban sobre mi cama.

-Yen...Yena... ¡Oh, mi pequeña Dalia...!- la voz quebrada de Nana llegó a mis oídos, haciendo que abriera los ojos con pesadez.

-Nana...- susurré, entornando los ojos cuando sentí la luz golpear mis retinas de repente.

Sus manos tocaron gentilmente mis mejillas y con delicadeza quitó un par de mechones de cabello que caían sobre mi frente, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Escuché un respingo algo agitado y Willow se levantó con rapidez de la cama, mirando hacia mi lado algo alterada, y no fue sino hasta que vio a Nana que respiró hondo, llevándose una mano al cabello.

-oh, usted debe ser Nana...-musitó, todavía algo adormilada.

-gracias por llamarme, linda- sonrió Nana dirigiéndose a Willow.

-oh... no, de nada... era lo correcto- asintió Willow con una pequeña sonrisa.

Sus ojos volvieron hacia mí y revisó mi cuerpo y los lugares donde las vendas eran visibles, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.

-estoy bien, Nana... enserio, no llores- intenté decir, lo más convincente posible, tomando sus manos y aprisionándolas entre las mías.

Le di un pequeño beso en cada una de sus manos, su olor me hizo sentir bien, tranquila.

-¿Qué dijeron los doctores?- preguntó luego de unos segundos.

-ella está bien, solo le harán unos exámenes más para revisar que todo esté en orden- dijo Willow.

-bien, bien... y... tu amigo...- se sentó a mi lado, sin soltar mis manos.

-salió bien de la cirugía- susurré.

Volví a sentir esa sensación extraña en el estómago.

-¿Segura que estás bien?- preguntó.

-soy más fuerte de lo que parezco Nana, estoy muy bien- le sonreí con algo de desánimo.

-las dejaré solas... buscaré algo de comer- Willow musitó y con una débil sonrisa salió de la habitación.

El silencio que calló sobre nosotras, mientras sus manos seguían sosteniendo fuertemente las mías, se sintió pesado.

-lo siento- susurré-fui descuidada...no debí...

-no te disculpes- negó con la cabeza.

-¿No estás molesta?

-Oh, claro que estoy molesta...furiosa- asintió- pero entiendo por qué lo hiciste.

Me quedé en silencio.

-me alegra que estés bien, y me alegra que encontraras un grupo de amigos que se apoya de esta forma-suspiró- pero no hagan nada como eso de nuevo.

Sonreí mientras asentía.

-¿No quieres saber lo que pasó?- pregunté, bajando la mirada sabiendo que tendría que explicarle todo en algún momento.

-no, no es necesario... sé lo que pasó- asintió- las noticias esta mañana lo dijeron todo...

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