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Katia acababa de abrir los ojos y al instante sintió su cabeza estallar de dolor al igual que todo su cuerpo.

Al soltar un fuerte quejido de dolor llamo la atención de Bill, que de inmediato despertó de su reciente siesta de diez minutos, para pararse de la incomoda silla donde paso la noche y correr los pocos metros que lo separaban de la cama, para llegar al lado de Katia, sentándose en la orilla de la cama, tomo su mano con delicadeza y la miro como si de verdad fuera especial para el.

O al menos eso pensó Katia, que nuevamente y como otras veces, sintió que los cambios de humor de Bill la terminarían matando algún día.

-¿Cómo te sientes?

-Nada bien.-Murmuro bajo mientras se levantaba poco a poco con ayuda de Bill y se sentaba en la ama.-¿Dónde está Enzo?

-En su habitación.

-Ire a verlo.-Katia quitó la cobija de encima de ella y intento mover su cuerpo para salir de la cama, pero el dolor punzante aún más fuerte que cuando intento sentarse en la cama, la atacó de manera que volvió a quedarse quieta en su lugar.

-Tienes una costilla rota.

-No puede ser.-Katia llevo su mano al lugar más afectado que sentía en todo su cuerpo, y en efecto tal y como dijo Bill, tenía una costilla rota, ya que en cuanto tocó esa zona dolió horrible.

Levantó su camiseta para ver, encontrando un enorme moretón de color morado, tan morado que no parecía real, la zona afectada también estaba hinchada y Katia juraba que si movía aunque fuera un solo dedo el dolor la mataría.

-No puedo moverme.

-Lo sé, guardarás reposo por un mes.

-Pero no puedo, mi hijo me necesita.

-Fue por culpa de el que te caiste de los escalones.

-¿Qué? ¿De que hablas?-Katia frunció las cejas y miro a Bill sin creer lo que le estaba diciendo.

-Emily dijo que te golpeaste muy fuerte la cabeza, probablemente por eso no recuerdas que paso.

Katia iba a protestar, pero decidió pensar en silencio las cosas, después de algunos minutos de silencio, con la mirada perdida en alguna parte de la habitación, Katia llegó a la conclusión de que no sabía de lo que estaba hablando Bill, así que para no contradecirlo prefirió seguirle el juego.

-Tienes razón me pegue muy fuerte en la cabeza, probablemente por eso no recuerdo nada.

-Te lo dije, de ahora en adelante Emily se encargará de traerte la comida aquí y ayudarte en todo lo que quieras, Enzo estará en su habitación siendo cuidado por las sirvientas.

-No, de ninguna manera.-Katia hablo tan decidida y firme que Bill frunció las cejas ante su desacuerdo y Katia prefirió quedarse muda otra vez para no haber dicho eso.-N-No q-quise d-decir eso.

-Katia...

-E-En verdad y-yo n-no q-quise d-desobedecer t-tus o-ordenes.- Trato de hacerce un ovillo en la cama, pero en cuanto movió su espalda para retroceder de Bill, un horrible dolor punzante en sus costillas la atravesó como si le estuvieran clavando miles de espadas.

-Escúchame.-Dijo Bill sosteniendo su mano con firmeza para que ella no se moviera, no la estaba apretando, solo quería que lo escuchará.-En el estado en el que estás no puedes cuidarlo, no seas terca y deja de protestar, te quedarás aquí y punto.

Katia lo miro con los ojos bien abiertos, era la primera vez en todo el tiempo que llevaba hay, que Bill no le había gritado o levantado la mano por haberse negado a sus órdenes.

Oscuros Secretos Parte 1 - Bill Skargårg [La Mujer Del Diablo Book#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora