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Segunda parte

-¡Señor!-Levanté la cabeza hacia el frente y dejé los documentos a un lado, para prestarle atención a la persona que había entrado a mi oficina sin pedir permiso.

-¿Qué ocurre Ethan?-Pregunté mientras daba leves masajes en mi cien.

-¡Han secuestrado a su esposa!

Mi mano cayó de mi cien y mis ojos enfocaron a Ethan como si no pudiera creerlo, sin asimilarlo del todo, me quedé observándolo algunos segundos, se veía asustado y muy alterado, entonces supe que no era una broma, era la verdad, me habían robado a Katia de mi lado.

-¡¿Qué mierda estás diciendo?!
-Agarre la primera botella de whisky que se encontraba en mi escritorio y la estrelle contra el piso.

Un repentino arranque de ira me había invadido, y pude sentirlo aún más fuerte que los anteriores.

-No sabemos quién fue, pero se la llevaron del acuario, fue como si alguien supiera a donde íbamos y quiénes eran los que nos acompañaban, fue una trampa señor.

-¡¿Una trampa?! ¡¿Cómo mierda no lo viste venir?!-Mi furia se desató hasta el punto de estar irreconocible, mi mal carácter y temperamento como el que solía tener antes, relucieron en un abrir y cerrar de ojos.-¡Es mi esposa!-Di grandes y rápidos pasos hacia Ethan, cuando lo tuve de frente, lo tome por el cuello de su camisa y lo estampe contra la pared detrás de el.
-¡Es mía y de nadie más!

-Lo lamento mucho señor, pero fue algo inevitable.

-¡¿Inevitable?!-Cuestione, ahora tomando su cuello entre mis manos y comenzando a ahorcarlo.-¡Inevitable será tu maldita muerte si no la encuentras maldito hijo de perra!

-Bill.-La voz de Mason me hizo girar la cabeza para mirarlo.-Alguien sabía todos nuestros movimientos, pero Ethan no tiene la culpa, ya suéltalo.-Mason tan solo alcanzó a dar un paso hacia a mi, pero se detuvo en cuanto lo fulmine con la mirada.-Bill tienes que...

-¡No me digas que hacer!

-La vamos a recuperar, pero suéltalo.

La inmensa rabia que sentía no podía cesar, era algo incontrolable que me hacía vivir pegado a un frasco de medicinas todo el tiempo, eso dejo de suceder en el momento que Katia se convirtió en mi mundo, en mi frasco de medicinas, en mi mayor adicción, su presencia era todo lo que me mantenía calmado, eso y el hecho de que de verdad había comenzado a construir una familia, mi familia.

Pero cuando te arrebatan a tu mayor droga y te quedas vacío por dentro y por fuera, no hay nada ni nadie que pueda calmar eso.

-Bill.-La voz de Mason me hizo volver a la realidad, por un instante baje la guardia y eso fue más que suficiente para que Mason se lanzara contra mi y me sostuviera de los brazos mientras Ethan recuperaba el aire perdido.-Tienes que calmarte.

-Que no te das cuenta, es mía y me la acaban de quitar.

-Pero no por eso vas a perder la cabeza, es ahora cuando tienes que pensar con claridad.

-Mason.-Lo llame en un susurro, mientras mis ojos miraban fijamente el piso y él aún me sostenía fuertemente de los brazos.-¿Te das cuenta de lo que le harán por mi culpa?-Aquel pensamiento terminó de desquiciar mi cabeza y en otro ataque de ira, termine por tirar al piso todo lo que se encontraba en mi escritorio.
-¡Los voy a matar, voy a matar a cada maldito bastardo que se atreva a tocarla!

Katia iba a pagar mis mayores pecados, el infierno que vivió a mi lado no era nada comparado a lo que le esperaba, y no podía permitir eso, nadie más volvería a tocarla, ni siquiera yo.

Oscuros Secretos Parte 1 - Bill Skargårg [La Mujer Del Diablo Book#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora