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Río de Janeiro, Brasil, Lunes 11:00 a.m.

Centro temporal del FBI

La puerta del cuarto de interrogatorios se abrió, dejando ver en la entrada a Boyd sosteniendo de la mano a un pequeño niño rubio. El infante sonreía mientras en su mano libre sostenía un peluche de oso, Boyd lo dejo pasar primero a lo que el niño en cuanto vio a su padre corrió a el con una sonrisa formándose en sus pequeños labios.

Damien levantó la cabeza poco a poco, con los ojos rojos por la falta de sueño y bastante somnoliento, parpadeo varias veces antes de acostumbrarse a la luz clara y cegadora del pequeño cuarto, al principio sus ojos ardieron y dolieron, pero después de elevar levemente su vista a sus piernas, encontró a su pequeño con una enorme sonrisa en los labios, mientras sostenía con su mano el peluche que le había regalado desde que nació.

-¡Papi!-Dijo emocionado, casi festejando con pequeños brinquitos.

-N-Nik.-Balbuceo viendo doble a su hijo.

¿Esto es un sueño? ¿Una alucinación?

-¡Papi!-Volvió a decir con la misma emoción de un principio, dando más saltos mientras daba pequeñas y suaves palmadas en los muslos de su padre, buscando subir a su regazo y estar asalvo con su única familia.

-Es tu hijo Damien.

-¿Es un...s-sueño?-Balbuceo nuevamente comenzando a enfocar mejor a su hijo.
-Veo doble.

-Debe ser por la falta de sueño.-Contesto recargando su cuerpo en la pared mientras miraba la escena de padre e hijo juntos.

¿Realmente lo querrá?

-Llévatelo de aquí.-Está vez hablo más fuerte, haciendo a su voz salir ronca.

-¿Por qué? Tu querías verlo.

-Estoy hecho mierda, solo mírame, que imagen será está para mi hijo.-Damien al ver cómo su hijo se agachaba para asomarse y ver su rostro, trato de bajar más su cabeza impidiendo que viera su magullado y lastimado rostro, sin contar que de lo demás estaba hecho un desastre.

Se preocupa por dar una mala impresión a su hijo... entonces realmente si lo quiere.

-Tienes razón, pensé que el doctor te había curado...si hubiera sabido que aún seguías así, no hubiera traído a tu hijo.

-Ya sácalo de aquí.-Volvió a murmurar sintiendo ganas de llorar al ver cómo su hijo quería encontrar su rostro.

Boyd asintió aunque Damien no pudiera verlo, camino al pequeño y lo alzó en sus brazos.

-Vendrás después a ver a tu padre.
-Boyd le sonrió mostrándole su mejor rostro relajado, pero el niño no entendió por qué lo alejo de su padre, así que comenzó a llorar sin control al ver cómo lo sacaban de ese cuarto y su única familia quedaba lejos de el.

Eso fue....atento de su parte. El chico sonrió al volver a pensar en la anterior escena, pero cuando el llanto del pequeño se hizo más fuerte sacudió su cabeza y ignoro por completo ese sentimiento de compasión que volvió a instalarse en su pecho.

Es un criminal Boyd, date cuenta de eso. Se dijo a si mismo para convencerse de que no debe sentir compasión por Damien.

El chico arrullo al niño mientras caminaba por los pasillos, llevándolo lejos de ese sótano con hombres armados y...lejos de su padre.

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Nueva York, Estados Unidos.
Lunes 12:00 p.m.

Residencia de Bill

Oscuros Secretos Parte 1 - Bill Skargårg [La Mujer Del Diablo Book#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora