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hola, Précieux — dijo lo último en francés, ya que le había mencionado que el francés es un idioma que me gustaba muchísimo y tenía una cierta debilidad por el acento.

Hola lord Perceval — sonreí mientras acomoda mi celular en mi escritorio para que pudiera verme y yo igual a él.

Hace mucho que no hablamos por llamada que había olvidado lo bien que suena Lord Perceval de tu boca.

— Exagerado, no hablamos por llamada desde el jueves y estamos a Lunes, no es para tanto.— Lo miré rodando los ojos mientras encendía mi laptop, eran las ocho de la mañana y tenía una tesis que avanzar.

Claro que si es para tanto, me aburrí sin tus llamadas.

— Charles, hablamos por chat todos los días de todas formas.— lo miré divertida mientras una gran sonrisa aparecía en mi rostro. Siempre odié levantarme temprano, pero si tenía a Charles hablándome era otra cosa y podía amar las mañanas productivas.

Pero no como antes — hizo una pausa y habló.— ¿te puedo hacer una pregunta?

— Ya la estás haciendo

— Que divertida eres, Emilia — soltó una falsa carcajada.— Necesito que me respondas con la verdad, ¿podrías?

— No sé mentir, así que puedes contar con eso.— no sabía si exactamente eso era una mentira, porque hay veces en las que he mentido que me han funcionado y otras mil veces en las que he sido descubierta.

¿Viste el video? — habló rápido, tan rápido que mi mente no lograba entender lo que había dicho, pero cuando lo supe, mordí el interior de mi labio.

¿Qué video? — Claramente sabía a que video se refería y lo había visto más veces de lo que me gustaría admitir.

— Pues, ese video, ya sabes.— hablaba algo rápido, pero podía entenderlo a la primera, mi vista estaba fija en la pantalla de mi ordenador que tenía de fondo a Taylor Swift. — Vamos Emilia, sé que lo viste, el video de la fiesta, donde salgo con una chica.

— Donde sales besándote con una chica, querrás decir.— lo miré intentando que mi cara no demostrara nada, ya que no tendría porqué afectarme algo así, porque nosotros no éramos nada.— si sabes que lo vi, ¿para qué preguntas?

— Lo sabía.— habló con una sonrisa y eso hizo que me enojara y quisiera cortarle ahora mismo.— viste el video y te pusiste celosa, por eso te pusiste distante.

— ¿celosa?, por favor — reí falsamente.— no me puse celosa al ver como te besabas con una chica en una estúpida fiesta y sabes el motivo por el cual no hablamos tanto.

— Ya, para nada celosa, Précieux.— hablaba divertido y eso hacía que mi enojo comenzara aumentar.— es raro, que justo salió el video y tú comenzaras a preocuparte mucho por la obra, sobretodo cuando te veía activa en whatsapp y los likes en las publicaciones de las escuderías hablan por si solos.

— Ya te gustaría a ti que yo esté celosa por ti, por favor Leclerc.— sonreí cerrando mi computador, ya que mis ganas de escribir se habían ido a la mierda, y luego fijé mi mirada en él para ver lo hermoso que era el maldito idiota.

Si, digamos que me gustaba pensar que estabas celosa por mi, mi placer culpable lo admito.

— Eres un idiota, ¿te lo han dicho?

— Emilia, ¿que haces? — sentí una voz a mis espaldas en español y eso hizo que me congelara un momento.— ¿por qué estás hablando inglés? — me giré para ver a Carol con Poroto en brazos viéndome ambos con extrañeza. — ¿quien es ese? — achinó sus ojos para ver mejor a medida que se acercaba.

Distancia || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora