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— ¿Nos vamos a cenar? — Samuel habló mientras ordenábamos nuestras cosas de la oficina que compartíamos, debido a que trabajábamos en la misma sección y él me está ayudando todo con esto.

— No puedo, ¿lo dejamos para otro día? — ni siquiera lo miré porque estaba pendiente a la hora, ya que no quería atrasarme.

— Es cierto que hoy viene un europeo sin gracia.— no le dije nada, en realidad no tenía mucho ánimo de tener esta conversación. — recuerda que no puedes emborracharte el domingo, el Lunes partimos temprano para tu primera vez en cámara.— lo miré y pude notar cómo estaba feliz a lo que yo le dediqué una sonrisa ladina.— A ver Emilia, ¿Qué te ocurre?, puedes contarme lo que quieras y lo sabes.

— No ocurre nada, solo estoy cansada no te preocupes.— tomé mi mochila colocándola en mi hombro y caminando hasta la entrada, pero Samuel tomó con delicadeza mi brazo.

— ¿Cansada de que?

— Del trabajo, supongo.— me encogí de hombros.

— ¿Cansada del trabajo?, recién vamos por tres semanas de trabajo y tú ya estás cansada.

— Ya ves, así son las cosas.— intenté sonar convincente.

— Emi, te conozco tan bien y sé que no tiene nada que ver con el trabajo.— el chico se colocó frente a mi, mirándome fijamente.— desde que te conozco trabajas, así que ya estás acostumbrada.— colocó su mano en mi mejilla.

— No es nada, tuvimos una pequeña discusión con Charles, pero ya pasará.— sonreí haciéndome a un lado para separarme de él, no me gustaba este tipo de acercamiento.

— ¿Qué pasó concretamente?

— Nada, estupideces nada más.— salí de la oficina para dedicarme a caminar, no quería hablar de eso con él.

— Está bien, son los problemas de las relaciones a distancias.— seguí caminando intentando que captara que no diría ninguna palabra más. — ¿te llevo a casa?

— No gracias, ya sabes que amo caminar, además que mamá me ha pedido que comprara un pastel.

— ¿Un pastel para el europeo sin gracia? Y cuando a mi me conoció no me tenía ningún dulce.

— Porque hay niveles, Samuel.— reímos para luego despedirnos y yo comenzar a caminar hasta una pastelería en busca de un pastel para nuestro invitado.

De regreso a casa, con el pastel en las manos que tuve que caminar un poco más lento de lo normal, comencé a pensar sobre la pelea que tuvimos con Charles, nadie sabía, bueno ahora lo sabía Samuel, pero no el motivo. Nadie de todas formas se enteraría, confío en que lo arreglaremos, así que no tendría sentido que se lo contara a otra persona más.

Aunque tuviera esta cierta "confianza" en que nos arreglaríamos, tenía miedo de todas formas y me estaba afectando quizás de una mala manera, pero la pelea que tuvimos fue, creo yo, una escena de celos porque Lando venía a mi casa. Sí, el británico había decidido que su última semana de vacaciones vendría a Chile, conocería un país nuevo y además podría verme. Ha estado los últimos días en el país recorriendo el país y ahora que es fin de semana vendría a mi ciudad para que saliéramos de fiesta, ya que era cuando yo podía salir sin problemas, debido que en la semana estuve concentrada en la práctica.

A Charles no le pareció para nada esto, ¿pero que podría hacer yo si Lando quería venir? No puedo evitarle la entrada al país y siendo sincera me pareció un lindo gesto que quisiera venir a verme en sus vacaciones, porque yo lo veía como un gesto de amistad y nada más, pero quizás a Charles no lo veía de la misma forma.

Distancia || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora