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Era viernes, así que empezaron las prácticas y como una casi wag (eso era lo que me había dicho Gabriel que yo era), iría a ver a Charles, estaba nerviosa y emocionada. Ya que cumpliría uno de los sueños que jamás pensé cumplir, estar presente en un Gran Premio, como una fanática era lo mejor que me puede estar pasando.

Y no vamos a negar que es mucho mejor de lo que soñé. Estar en el Gran Premio de Mónaco, porque estoy acompañando a Charles como su ¿algo?, sin duda es una fantasía de la que no quiero ser despertada.

Porque si, anoche con Charles habíamos hablado para aclarar las cosas y evitar tener estos altibajos, porque ninguno de los dos quería seguir teniéndolos, habíamos confesado nuestros sentimientos y queríamos hacer las cosas bien.

Éramos algo, así lo definió Leclerc.
Éramos algo buscando ser todo, terminó diciendo.

Me bajé del auto de Mia, que amablemente se había ofrecido para traerme donde se llevaría a cabo las prácticas. No podía irme en el Ferrari de Charles por obvias razones, además que a Nicolas no le parecía la idea, luego de que los rumores todavía están circulando con la esperanza de que Charles llegase con su nueva novia.

Parezco un árbol de navidad con tantas cosas colgadas en mi cuello.— reí al ver los pases y acercarme a Mia para que me dijera dónde debería ir, estaba sola ni Mariana ni Miguel pudieron acompañarme hoy, ya que tenían planes familiares y estarán disponibles el domingo para ver la carrera, así que vendría con ellos ese día. Ahora tendría que poder sobrevivir sola.

Caminé hasta el motorhome de Ferrari, ya que la chica me había dicho que ahí estaba Charles, así que caminé por instinto hacia donde se suponía que estaría mi destino, luego de caminar un poco más, actuando como si todo estuviera bien, me encontré con el motorhome de Ferrari, agradecí que no me perdí en ese lugar, pero que me podría pasar, ¿encontrarme con Hamilton o con Checo? Y no encontraba que eso fuera algo malo.

Hola.— saludé cuando vi a los dos chicos de Ferrari sentados con alguno de sus ingenieros.

Llegó mi enemiga.— bromeó Carlos cuando nos saludamos. Me senté al lado de Charles y al lado de Carlos, ellos estaban comiendo algunas frutas picadas.

¿Cómo están para esas prácticas los Ferrari's boy? — pregunté feliz mientras robaba un trozo de sandía del plato de Sainz.

— Eres una ladrona, bonita.— Carlos me miró de mala forma y yo saqué mi lengua.— estoy bien, deseando no empezar con problemas en las prácticas. — asentí escuchándolo y dedicándole una sonrisa ladina. Luego miré a Leclerc esperando su respuesta.

Siempre me pone nervioso las carreras en casa.— me miró y yo busqué su mano para entrelazar nuestros dedos ejerciendo leve presión en ellos.

Lo harás increíble, estoy segura que ganarás.— besó mi frente y escuchamos cómo el español se quejaba.— y tú bonito, quedarás segundo.— lo miré como rodaba los ojos.

— ¿Entonces yo quedaré tercero, Em? — Lando se había unido sentándose frente a nosotros sonriente.

Con el McLaren que llevas no lo creo Lando, no hay que mentirnos.

Checo quedará tercero y hará la vuelta rápida.— sonreí inocentemente al escuchar como los tres pilotos que estaban ahí se quejaban de Pérez.— no se quejen, ya saben que soy checolover.

— Pero antes eres una tifosi.— Carlos guiñó un ojo y yo asentí.— Le comentaba a Charles que si ganaba este año la carrera, de premio podías darle un beso.— con Leclerc nos miramos para luego comenzar a reírnos mientras asentíamos.— ¡Ya se han besado los muy hijos de puta! — gritó haciendo que le tapáramos la boca para que guardara silencio.— pensé que me contarías cuando dieras ese paso Lord Perceval, cuando me engañaras con ella.— me apuntó ofendido.— bueno, entonces le das otra cosa de premio. — movió sus cejas.— ¿o también ya lo hicieron, cochinos?

Distancia || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora