Distancia || Charles Leclerc

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Abrí mis ojos cuando mis ganas de ir al baño ya no podían aguantarse más, así que sin pensar mucho más, me levanté y fui hasta el baño modo zombie a hacer mis necesidades, para luego salir e ir directo hasta la cama, no sabía que hora era pero no me importaba, porque me volvería a dormir ya que seguía con sueño.

— ¿Todavía sigues durmiendo? — una voz en inglés hizo que me sobresaltara, había recién cerrado mis ojos así que me había tomado por sorpresa.

— ¿Qué? — hablé en español mientras me incorporaba, como estaba recién despertando me había desorientado por un momento, veía al monegasco con una bandeja en su mano.— Dios Charles, me asustaste.— sonreí ante la escena de ver a Leclerc con una bandeja caminando hacia mi.

— Ambos sabemos de tu pequeño problema con el desayuno, así que me levanté antes para prepararte.— sonrió colocando la bandeja en la cama, donde se veían fresas, panqueques y dos tazas de café.— desayuno a la cama, ¿que mejor? — sonrió como un pequeño niño y se acercó para besarme.— Buenos días, Précieux.

¿Me acaba de besar en los labios?, okey eso fue rápido, tanto que no sé como reaccionar ni pensar sobre esto.

— Buenos días.— sonreí mientras veía como se sentaba a mi lado a comer lo que él había preparado y yo lo miré atentamente copiando su acción.

— Como hoy no tengo nada que hacer para Ferrari, tengo un gran plan para hoy.— levanté una ceja atenta a lo que diría.— hablé con Arthur y me dijo que te quiere conocer, por eso he arrendado un yate para que vayamos con él y su novia.

— ¿Conoceré a tu hermano? — dejé de comer para mirarlo, me había tomado por sorpresa que ya iría a conocer su hermano.

— Arthur lo único que quiere es conocerte, me ha molestado bastante con eso.— me miró unos segundos, supongo para intentar analizar mi reacción.— ¿te molesta?, porque si es así cancelamos.

— ¿Estás loco? — negué energéticamente.— me gusta la idea, solo que nunca he subido a un yate ni nada parecido y he visto que la gente se marea, entonces me da un poco de miedo.— Charles comenzó a reírse fuerte de mi y yo golpeé su hombro.— no es gracioso Leclerc.

— Si lo es.— comentó aún riéndose tomando la bandeja que estaba en mitad de la cama y la dejó en la mesita de noche que tenía en su lado.— ¿estás segura que es solo eso?

— Claro que si.— sonreí de lado y besé su mejilla.— solo espero que nadie nos vea.

— ¿Para que Lando no se ponga celoso? — dijo como si nada mientras se cruzaba de brazos mirándome.

— No, para que Hamilton no vea nada.— reí cuando el chico bufó y con toda la confianza que tenía me acerqué y deposité un corto beso en sus labios.

— Lando, Lewis y Samuel son mis nuevos enemigos, ¿alguien más que quieras agregar? — sonrió mientras me abrazada y escondía su cabeza en mi cuello.

— Pues ahora que lo dices... ¿tienes tiempo? Porque es una gran lista.— reí al sentir como bufó y negué para besar su cabeza.— eres un bobo, lord Perceval.

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Estábamos ya en el puerto esperando a que llegara Arthur y su novia, yo estaba nerviosa, sentía que vomitaría en cualquier momento, me ponía ansiosa conocer a un miembro de su familia, ya que todo lo hacía más, ¿formal? O al menos eso creía yo, no lo sé.