—El Rey Harald ahora es rey de Noruega. Todos se han unido bajo su mando.
—¿Y él se autoproclamó rey? —cuestiona Frida a Björn, él suelta una risita.
—Se podría pensar que sí, pero en realidad se hizo una votación. Para ser honesto creí que me eligieran a mí, pero no fue así. Harald supo cómo ganarse esos votos, prometiendo un reino que contemplaría las peticiones de todos.
Frida recuerda una conversación que tuvo con aquel hombre en York, una después de que el rey Harald observara el respeto y amor que los demás guerreros le mostraban.
—Aun no comprendo por qué tienes la simpatía de todos. No me mal entiendas, eres una mujer simpática, hermosa, agradable, amable, salvaje, valiente, sin compasión cuando te lo propones, pero hay algo más que no veo, y quiero conocer ese secreto —Frida sonrió, mientras el hombre acariciaba esa mano.
—Se trata de respeto. Cada una de esas personas son como nosotros, y aunque no tengan una corona, su opinión importa. Ese es mi secreto: escucharlos, ser compasiva, tratarlos como seres valiosos e importantes, y ayudar a resolver sus problemas, atender sus peticiones.
—Eso no hace un rey —comentó él entre risas—. Un rey se encarga de gobernar, hacer el bien para la mayor gente posible, aunque deba sacrificar a otros, ser temido para mantener el orden —ella se acercó para abrazarlo.
—Lo ves, ahí radica la diferencia. Cuando comprendas que cada persona merece atención, entenderás mi éxito con la gente —el rey Harald sonrió y se acercó para besarla, mientras ella correspondía a ese beso.
Ahora Frida comprende que él logró hacer caso. Aún no sabe qué tipo de gobernante prefiere la gente, pero convertirte en su amigo hace que tengas un apoyo incondicional. La amistad es la mejor forma de asegurar lealtad. Y el hecho de que los demás consideren a su rey casi como un igual, hace que los errores se perdonen con mayor facilidad. Eso lo ha aprendido ella.
—Supongo que se ha vuelto un hombre demasiado ocupado —Björn asiente.
—No sé si es verdad lo que dijo sobre ti, pero si lo fue, debe de estar interesado en saber que vives. Dime, ¿tienes algún propósito para regresar aquí? ¿Has conocido a alguien que te interese? —ella suelta una risita.
ESTÁS LEYENDO
FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)
Fiksi PenggemarLargos caminos de miseria y sufrimiento. Sin embargo, aunque todos hubieran sido claros, tal vez no habría diferencia. Si los dioses no lo hubieran querido, jamás nos habrían reunido. ¿Acaso los dioses gozan con ver nuestra angustia al borde del a...