FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)

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Sin embargo, un maullido frena las intenciones de Frida. Ese sonido le atrae, y se gira para buscar al dueño, es entonces que se mueve, acercándose al lugar donde proviene. Después de caminar al rededor, nota que se trata de una gatita herida que busca refugio en los restos de un gran árbol. Es entonces que ella, con cuidado, toma al animal en sus brazos. Una vez que lo tiene, decide volver al río, pero ahora Aethelred ya no está. 

—¿Mi amor? —cuestiona desesperada—. ¡Aethelred!

Es entonces que el gato en sus brazos se mueve incómodo y maúlla. Frida sabe que debe darse prisa. Da media vuelta y comienza a caminar lo más rápido que puede, dejando atrás ese río.

El ligero vestido que Frida usa no es suficiente para calentarla. Aunque ella no lo sabe, está entrando en un estado de hipotermia. Es entonces que necesita darse prisa, ya que no es capaz de sentir el frío, pero sabe que el gato sí.

Camina sin detenerse, ahora es consciente de todo lo que caminó, y no sabe en qué momento lo hizo. Pensaba que estaba perdida, ya que comienza a anochecer, y es cuando entra en pánico. Sin embargo, al poco rato, puede ver los rastros de la civilización de Kiev.

Apenas logra salir del bosque, hombres en caballo se acercan a ella, puesto que el rey Oleg ordenó que comenzarán a buscarla a los alrededores al verla desaparecida.

Pronto la suben a uno de esos caballos y le proporcionan una manta, la cual no provoca nada en la chica. Es entonces que comienzan a enviarse órdenes para frenar la búsqueda, y entonces llevan a Frida ante Oleg. Al llegar a ese salón donde Oleg espera en su trono, todos pueden respirar al verla entrar. Ivar, Hvitserk, Oley, Igor y hasta Katia se encontraban esperando noticias de esa chica. Sin embargo, al verla también se alarman, por lo desaliñada que se encuentra. A pesar de todo, Oleg no tarda en levantarse y caminar hasta ella, mientras Ivar hace lo mismo, casi al mismo tiempo, ambos están completamente en shock y extrañados. Hvitserk no es capaz de hacer lo mismo, está drogado, y no quiere que Frida lo note.

—¿Enloqueció reina Frida? —cuestiona Oleg. Ivar se acerca enseguida, sólo para abrazarla y agradecerle a los dioses y sus padres que la trajeron con vida.