FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)

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Frida espera hasta asegurarse por completo de que las posibilidades de que los Rus reaparezcan es casi nula. Entonces decide hablar al hombre que la ha llevado en su hombro.

—Puedes bajarme, te estás cansando en vano —al escuchar eso él no duda en bajarla.

—Reina Frida. Lo lamento, creí que estaba inconsciente —el grupo de sobrevivientes se pone atento ante la figura de la chica.

—Estaba con los Rus, nos ha traicionado. No es la reina de nadie aquí —habla Gunhild furiosa.

—Yo no traicioné a los míos, jamás podría asesinar a ningún vikingo, a menos que me haga daño. Pero tienes razón, yo no soy reina. Estoy aquí por mandato de los dioses, han escuchado nuestras peticiones: las de Ivar, Hvitserk y las mías.

—Deberíamos llevarla con Bjorn, él decidirá si debe quemarla en la hoguera o no —habla una escudera joven, casi de la misma edad de Frida.

—Nada me alegraría más que eso —habla Frida—. Debemos llegar rápido. Tengo muchas cosas que explicar y puedo hacerlo frente a todos ustedes. La realidad es que ustedes han visto a los rus: son demasiados y muy ágiles. Ivar, Hvitserk y yo hemos vivido entre ellos, sabemos cómo derribar ese ejército con tan sólo unos cuantos grupos y la bendición de los dioses. Tal vez pido mucho, pero no habrá salida si no me escuchan, por eso deben llevarme ante Björn, o el rey Harald.

Nadie lo debate, todos reconocen que eso es lo más sensato, y la mayoría sabe que pueden confiar en Frida aún, lo hacen con los ojos cerrados. Mientras ella fue reina de Kattegat lo hizo mejor que cualquier hombre o mujer con el título de rey. Ragnar Lothbrok y Lagertha fueron respetados, Frida es amada.

Por lo que no pierden más tiempo, e intentan apresurarse para llegar al campo de batalla, junto con Gunhild, quien no ha querido intercambiar palabras con la chica.

—Oleg es un hombre despiadado —habla Frida, mientras todos van atentos a sus palabras después de preguntarle las razones por las que llegó con esos hombres—. Cuando fui a buscar a Hvitserk, nos capturaron. No hemos tenido opción más que sobrevivir.