Frida se ha duchado, y le han dado ropa nueva, igual que Ivar y Hvitserk. Ahora ella está en la habitación del mayor, recostada en su cama mientras él termina de vestirse. Frida vio esas quemaduras en sus piernas, las cuales él ya le ha explicado la razón por las que le sucedió eso.—No sé a dónde nos ha traído Ivar, pero no estaremos bien aquí Frida, mucho menos tú. Oleg no parece ser muy razonable, y he visto la mirada de ese hombre, te veía con deseo.
—No lo sé —menciona Frida, viendo a un punto fijo en el techo, recordando la sangre salpicando en su rostro cuando cortaron aquellas manos que robaron su preciada cadena. Ha visto litros de sangre, viseras y miembros separados de los cuerpos, pero ese acto la tomó por sorpresa, y se siente mal por ello. No debía haber llegado tan lejos el príncipe Oleg. Y lo más perturbador fue esa sonrisa tan pacífica después de la sangre derramada sobre su ropa y su suelo—. Pensé que sólo podría usar sexo para mantenerme segura, ahora creo que sólo necesito suerte.
—¿Pensabas acostarte con ese tipo? —cuestona él.
—Ya no soy una reina, o una protegida de los Lothbrok. Cuando renuncié a ello me condené a usar todo lo que estuviera en mis manos para sobrevivir. No sólo me he acostado con tipos para poder comer, lo he hecho porque algunos otros me forzaban a hacerlo. Y a veces sólo tuve suerte de seguir con vida por las palizas que me daban cuando intenté defenderme.
—Lamento lo que tuviste que vivir —él se acerca a la cama, recostándose a un lado de la chica.
—Todo eso me hizo dudar sobre la existencia de los dioses. No sólo de los vikingos, del cristiano también. Tal vez no existen Hvitserk y nunca lo hicieron. Sólo es fortuna la que tenemos.
Hvitserk se mueve, para girar, sostenerse por sus brazos y sesgar la vista de Frida con su rostro, viéndose a los ojos, él sobre ella.
—¿Cómo puedes estar segura?
—No lo estoy, y esa es la mayor angustia de la vida —Frida lleva sus manos al rostro de Hvitserk, ahora está limpio, ha arreglado su cabello y esa barba está limpia. Ella pasa sus dedos sobre aquella marca que tiene en su mejilla.
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FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)
Fiksi PenggemarLargos caminos de miseria y sufrimiento. Sin embargo, aunque todos hubieran sido claros, tal vez no habría diferencia. Si los dioses no lo hubieran querido, jamás nos habrían reunido. ¿Acaso los dioses gozan con ver nuestra angustia al borde del a...