—Igor ha aprendido mucho de ti, Frida. Y yo no podría estar más agradecido por eso —menciona el príncipe Oleg demasiado sonriente, viendo a esa chica desde ese trono.
—No hay otra cosa que me complace escuchar más, que a un joven príncipe sabio y con gran potencial para gobernar. No hay nada que agradecer príncipe Oleg, Igor es brillante, una eminencia.
—Y tú eres su maestra.
—No hay mejor maestra que la experiencia, que los fracasos y las derrotas, pero desde luego que esto no se lo he dicho a Igor —Oleg soltó una risita, Katia estaba a su lado, demasiado sería, sin apartar sus ojos de Frida, viéndola con odio.
—Lo sé, y lo agradezco, no hay peor veneno para un rey que decirle que alguna vez fracasará, pero no te he llamado para eso —habla él demasiado tranquilo.
—Lo escucho, príncipe —él no puede dejar de sonreír por ver a Oleg.
—El invierno está terminando, cómo bien lo sabes, abandonaremos Kiev exactamente en 15 amaneceres y he decidido traer a Igor conmigo. Confío en que no me traiciones cuando veas tierras vikingas, he intentes alejarte de mí... de mi ejército, a eso me refiero. Deseo que estés a un lado de Igor, que sigas siendo su maestra, que le enseñes tu idioma y le muestres cómo es que una mujer combate.
—Príncipe Oleg, mis padres nacieron en Kattegat, tengo sangre vikinga, mi corazón y mente pertenecen a ese lugar, pero aferrarme a los sentimientos no me ha traído nada bueno. Yo estaré encantada de seguir guiando a Igor en todo momento. Jamás podré pagar la confianza que ha depositado en mí, al encargarme una tarea tan noble e importante como es el enseñar a Igor lo que yo sé.
Oleg se levanta de su trono, camina hasta estar frente a Frida y la sujeta por los hombros.
—Sabía que podía confiar en ti —le sonríe y la abraza en forma de agradecimiento—. Eres una bendición para Kiev. Lo que estás haciendo por Igor, lo estás haciendo para apoyar a su gente también.
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FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)
FanficLargos caminos de miseria y sufrimiento. Sin embargo, aunque todos hubieran sido claros, tal vez no habría diferencia. Si los dioses no lo hubieran querido, jamás nos habrían reunido. ¿Acaso los dioses gozan con ver nuestra angustia al borde del a...