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Cuando Hvitserk despierta, lo hace con un terrible dolor de cabeza

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Cuando Hvitserk despierta, lo hace con un terrible dolor de cabeza. Sabe dónde está, se ha mantenido sobrio desde que lo echaron de Kattegat. Jamás se imaginó encontrar a Ivar de nuevo. En otras circunstancias, él se habría lanzado para asesinar a su hermano por todo lo que le causó, pero ahora no tiene el ánimo, ni la consciencia suficiente para hacerlo. Los dioses lo volvían a llevar a su lado. Pero ahora eso no es lo único que pasa por su cabeza.

Hvitserk apenas se cruza con ese rostro algo manchado de sangre, y esos ojos verdes, piensa que sueña de nuevo, probablemente ha muerto. Antes de que una sonrisa se forme en su rostro, hay una expresión de terror, como si hubiera visto al fantasma más temido de sus fantasías.

—¿Hvitserk? —ella se mueve para arrodillarse frente a él, con una expresión seria y asustada por esa reacción. El chico sólo necesita confirmar que esa no es otra ilusión, y enseguida posa su mano sobre ese rostro.

Esa piel es palpable, esa blanca y suave piel. Lágrimas comienzan a asomarse, es demasiado bueno para ser verdad, nada bueno podría pasarle a él.

—¿Frida? —cuestiona casi susurrando, ella sólo puede asentir, verlo de esa forma es demasiado triste para ella, él ha estado realmente mal. No sólo le hace falta un buen baño, sino descanso, comida, agua y una recuperación de todas las mierdas que se metía. Ella se siente culpable por ello.

—Lamento irme sin decir nada. Debes escucharme, tiene una explicación. Soy una maldita por hacer eso, pero... —Hvitserk la interrumpe, acercándose a ella y besando esos labios.

A ninguno de los dos le interesa que Ivar está ahí, observando esa escena. Ese chico creía que su corazón estaba tan roto que no podía sanar, ni siquiera romperse más, pero se equivocaba, esa escena lo convierte en el ser más desdichado que pueda existir.

De la nada Frida recuerda a Ivar, y al hacerlo se separa de Hvitserk, enseguida buscando la mirada del chico, quien lucha por no llorar, por no lanzarse contra ellos y asesinarlos por amarse. Ivar es incapaz de sostenerle la mirada, y Frida también.

—¿Dónde has estado? ¿Qué sucedió? Debes tener una muy buena razón para dejarme.

—También me gustaría saber que ocurrió contigo Frida, al parecer tienes mucho que contar.

FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora